Guillermo Mendoza Diago creía que estaría unos días en su condición de Fiscal General de la Nación encargado, pero el asunto se alargó y ahora en sus manos tiene explosivos casos, entre ellos, las ‘chuzadas’ del DAS con varios personajes muy cercanos de la Casa de Nariño como protagonistas. Y, por si fuera poco, está el episodio del general Freddy Padilla de León por los ‘falsos positivos’ lo que generó la ira presidencial. ¿Cómo enfrenta esta situación este hombre simpático, buen conversador y que añora los días tranquilos en que podía ir al cine? Entrevista con Armando Neira, director de la revista GENTE.
GENTE: Todos los días los colombianos decimos “no hay fiscal”. Usted que está sentado en ese puesto, ¿piensa lo mismo?
–(risas) ¡Claro que no, porque estoy aquí! Lo único que he hecho es trabajar y dirigir esta entidad sin un segundo de descanso durante los últimos 10 meses. Ni yo ni los 20 mil funcionarios a mi cargo hemos hecho una pausa.
GENTE: ¿Pero sería igual si, por ejemplo, a usted lo hubieran nombrado en calidad de titular y no viviera esa incómoda interinidad que parece no tener fin?
–Naturalmente, porque, como soldado de la rama judicial, debo cumplir cabalmente cualquier misión que se me asigne, sin importar en qué jerarquía. Cuando uno asume un cargo en la administración de justicia, siquiera por una hora, debe obrar con rigor, honestidad y transparencia.
GENTE: En este dilatado proceso por la elección del fiscal, unos están a favor de la Corte Suprema y otros con el presidente Álvaro Uribe. ¿Usted de parte de quién está?
–De parte de la institucionalidad. Tanto la Corte como el presidente Uribe han expresado sus puntos de vista con respeto y han sido muy claros en cada uno de sus conceptos y argumentos.
GENTE: Lo que muchos ven es una violenta guerra en la que ninguno quiere perder…
–Esas son palabras inexactas para dos actores de la institucionalidad que trabajan por el bien del país. Lo que hay es una controversia muy interesante desde el punto de vista jurídico de la que en cualquier momento saldrá el nuevo fiscal.
GENTE: Entre tanto, a usted le siguen cayendo los casos más escandalosos…
–¡Siempre hay algunas cositas por resolver! Es cierto que el trabajo es voluminoso, nada más en la unidad de fiscales delegados ante la Corte Suprema tenemos 900 procesos a cargo de Fiscal General, algunos de los cuales llaman mucho la atención.
GENTE: ¿Novecientos? ¿A qué horas resuelve eso?
–No estoy solo. Aquí hay un equipo con una dinámica propia que permite ir evacuando cada caso.
GENTE: Es real la sensación de que hasta ahora le han puesto el acelerador a algunos casos como las ‘chuzadas’ del DAS o el de la ‘Yidispolítica’.
–Es probable que su apreciación sea hecha como periodista pero nosotros no podemos hacer valoraciones y dictar sentencias como se escribiría una noticia. Cualquier decisión aquí debe estar basada en las pruebas, todo tiene que tener un sustento en las evidencias y eso toma su tiempo.
GENTE: O sea, ¿no han engavetado ningún proceso?
–¡Jamás! En justicia debemos dar pasos seguros así sean lentos, no podemos ser ligeros y mucho menos actuar con los deseos.
GENTE: Cuando el fiscal Mario Iguarán vio el informe preliminar de las interceptaciones ilegales hechas por el DAS dijo que le causaron “pavor” y “hedor”. ¿Usted siente lo mismo ahora que ha ido más a fondo?
–Él usó unas metáforas para explicar el alcance de lo que había descubierto. Yo no las utilizo porque los conceptos de uno deben ser técnicos. Aunque tengo que decir que me parece muy execrable lo que he visto hasta ahora.
GENTE: La Fiscalía dice que la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf) y el DAS se aliaron para actuar “como una empresa criminal” a favor de la Casa de Nariño. ¿A eso se refiere cuando habla de execrable?
–Me refiero a que el caso merece un severo reproche penal, porque fue un concierto entre servidores públicos, que abusaron de su poder.
GENTE: ¿Caiga quien caiga?
–Deben caer todos y cada uno de los responsables. De eso, la ciudadanía no debe tener ninguna duda.
GENTE: El presidente de la Corte dice que se comprobó un concierto para delinquir y que ahora hay que averiguar quién es el director de la orquesta.
–Nosotros no estamos trabajando en la búsqueda de una persona determinada, sino en investigar y definir quiénes son los autores del conjunto de acciones. La prueba irá señalándolos.
GENTE: ¿Pero alguien dio la orden de ‘chuzar’? ¿Alguien de mucho peso se benefició de esa información? Muchos reclaman saber quién es el ‘Montesinos’ colombiano.
–En el caso de las ‘chuzadas’ ilegales no vamos a perder tiempo buscando cazar a un ‘Montesinos’ colombiano, ni tratando de averiguar si hubo manipulación de información a la manera que lo hizo Joseph Goebbels en la Alemania de Hitler. En la Fiscalía partimos de hipótesis definidas, armamos un rompecabezas en el que cada pieza tiene igual valor. Puede ser el funcionario de más bajo nivel, pero si violó la ley debe responder en un proceso sólido jurídicamente.
GENTE: El presidente Uribe se fue lanza en ristre contra usted por el caso de Mario Aranguren, director de la Uiaf. ¿Cree que su molestia se debe a que la Fiscalía empezó a tocar a la gente cercana a la Casa de Nariño?
–Desde el punto de vista humano se puede defender a una persona porque se perciba honesta, pero la Fiscalía solo aprecia pruebas y así se toman cada una de las decisiones.
GENTE: Él insiste en la inocencia de Aranguren y califica de injusticia que lo enviaran a la cárcel. ¿Se avecina un choque de trenes entre Ejecutivo y Fiscalía?
–Para nada. Tengo la convicción de que en su condición de Jefe del Estado comprenda cada una de las decisiones que tomemos.
GENTE: ¡Y lo que faltaba! El caso del general Padilla. El presidente dijo que “a través de tinterillos quieren truncar los avances de la seguridad democrática”. ¿Qué le responde?
–Le reitero que no voy a pelear con el señor Presidente. Creo que sus manifestaciones públicas obdecen a que sus asesores le están dando una información equivocada.
GENTE: Lo cierto es que de las decisiones que usted tome, en buena parte se juzgará al gobierno del presidente Uribe. Sin embargo lo veo muy tranquilo…
–Siempre he sido un hombre tranquilo. Debe ser por mis genes costeños.
GENTE: ¿La paz interior que da el mar?
–Pasé mi niñez, mi juventud y la mayor parte de mi vida en Cartagena. De allí me debe venir esa serenidad aunque le aclaro que nací en Ciénaga de Oro, Córdoba.
GENTE: De donde también es Gustavo Petro…
–Sí, somos paisanos. Pero él desde luego es más importante que yo.
GENTE: ¿Le parece poco haber llegado a Fiscal?
–Mi trabajo no es tan llamativo. Lo único que hacemos los jueces es servir a la sociedad desinteresadamente y en silencio.
GENTE: A propósito, ¿cuánto lleva en la rama judicial?
–Imagínese. Empecé a trabajar a los 20 años y ya cumplí 60.
GENTE: Por su oficio, ya era hora de que estuviera jubilado, ¿cuándo lo hará?
–Pues eso es lo que yo quiero pero no vuelvo a hacer un pronóstico porque siempre me equivoco.
GENTE: Si algún día la Corte nombra otro fiscal, ¿usted qué va a hacer?
–Añoro mucho ir a cine, caminar por las calles. Pero no puedo hacer eso ¿porque para dónde voy a coger con todos estos escoltas? (risas).
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