El verdadero periodismo se aprende siguiendo a los maestros. Esos periodistas que trabajan con el segundero del reloj al cuello; esos prodigios que jamás sudan en una cabina de radio, así tengan que dar la noticia del fin del Mundo.

Asistamos a una clase de periodismo con uno de ellos. Aprendamos del rigor de su verbo, de su filigrana. Veamos en acción a Francisco Santos.

La noticia que Bogotá entera esperaba. Se va Samuel. En las “próximas horas” o “en unos cuantos días”, no sabemos. Pero se va. No sabemos quiénes son las fuentes de la información ni tampoco sabemos bien qué fue lo que dijeron. ¡Pero se va! Y, claro, quedan unos recursos pendientes en el proceso – tal vez alegatos o reposiciones o apelaciones. Cosas sin importancia –. Pero da igual: se va y se va.

Los ciudadanos, que oyen la noticia atrapados en algún trancón, no son los únicos felices. El Espectador está eufórico. Apoyado en el exhaustivo informe de Francisco Santos (pieza histórica que desde ya está nominada al Premio Planeta), el medio trina la noticia. Es un hecho. Se oyen algunos pitos de celebración en las calles, como si la Selección Colombia hubiera ganado el Mundial.

A continuación, aparece el Alcalde para dar su versión. Santos está reinventando, delante nuestro, la orfebrería periodística: la noticia no se confirma antes de darla, sino después, sobre la marcha. Se narra como una competencia ciclística:

Entonces la destitución no es inminente. Hace apenas diez días la Procuraduría abrió una investigación formal y realmente falta todo el proceso. Samuel no se va. Santos complementa su instalación artística con una pregunta:

Pregunta que nadie está interesado en hacerle al Alcalde, sino al periodista. La ‘chiva’ agoniza. La gente vuelve al trabajo mientras El Espectador limpia la escena del delito. El verbo en presente de la noticia original cambia por un condicional bastante cómodo (“Procuraduría tendría lista destitución”). Santos trata de despedir a su invitado:

La información es falsa, pero no, no hay nada que rectificar. El periodista demuestra su firmeza y no da marcha atrás. (Después de terminado el programa, Santos seguirá sosteniendo su teoría: “Paciencia. La investigación del grupo interdisiciplinario de la PGN está lista. Solo falta el procedimiento. ¿La demora? Los recursos”).

El alcalde Moreno aprovechó la oportunidad para exponer incansablemente su teoría sobre la campaña de desprestigio en su contra (el comodín de todos los políticos en problemas). Y una periodista de la cuadrilla de Santos, con algo de angustia, le preguntó:

El Alcalde no dio ningún nombre. ¿A ustedes se les ocurre alguno?

@CCortesC en Twitter.

Nota: las entrevistas fueron editadas (si tienen problemas con algún audio, refresque la página. Si no funciona, por favor dejen un comentario). Acá pueden oír la primicia completa y acá, la entrevista al Alcalde.