Detrás de la bondad y el aparente espíritu colaborativo de la Unión Colegiada de Notarios se esconde un complot para perpetuar la discriminación de las parejas del mismo sexo a través de la “unión solemne”.
Por orden de la Corte Constitucional, desde el pasado 20 de junio las parejas del mismo sexo podrán acercarse a los juzgados civiles municipales o a las notarias para formalizar y solemnizar su vínculo contractual para proteger a sus familias.
Para activistas y abogados defensores de las parejas del mismo sexo, la sentencia debe implementarse garantizando el acceso a la institución del matrimonio, tanto por razones de igualdad como de seguridad jurídica (Ver ¿Matrimonio igualitario después del 20 de junio? Por Rodrigo Uprimny)
El derecho a la igualdad es rechazado por aquellos que sostienen que las parejas del mismo sexo no tienen los mismos derechos porque no son naturalmente complementarios y no pueden procrear. Este argumento es simplemente la formulación aristotélica del insulto homofóbico.
La seguridad jurídica es sin duda uno de los pilares del ordenamiento jurídico y también una garantía para la tranquilidad de los ciudadanos. Las parejas del mismo sexo no solo merecen ser tratadas como iguales sino también tener certeza de sus derechos y obligaciones como familia. Al margen de las críticas que se tengan sobre la institución del matrimonio en sí misma, la aplicación de esta institución genera certeza en los miembros de la pareja sobre los derechos, obligaciones, procedimientos e instituciones públicas que los protegen.
La otra interpretación es la que sostiene la Unión Colegiada de Notarios – una institución privada – la cual ha promovido el contrato de “unión solemne” entre parejas del mismo sexo. Este contrato es un artilugio legal para negar la igualdad y la seguridad jurídica a estas parejas. Esta iniciativa es liderada por el notario Álvaro Rojas Charry, presidente de la unión quien se ha interesado insistentemente en este tema.
A pesar de que la Unión de Notarios solicitó a la Corte Constitucional una aclaración de la sentencia que no ha sido resuelta (ver solicitud de aclaración), ellos decidieron crear un contrato de “unión solemne” (ver minuta de contrato). Para ello pidieron asesoría de constitucionalistas y expertos en familia. Lo que no cuenta el presidente de la Unión de Notarios es que no atendieron la opinión de algunos expertos, como Néstor Osuna, quienes apoyaron el matrimonio para parejas del mismo sexo (ver concepto de Néstor Osuna).
No solo crearon un contrato, también implementaron una estrategia de medios y de comunicación con todos los notarios del país. La Unión de Notarios está desinformando al país y prácticamente está bloqueando la posibilidad de solicitar matrimonio igualitario en todas las notarías.
El notario Álvaro Rojas Charry se convirtió en el abanderado de la discriminación contra las parejas del mismo sexo. Esta estrategia de desinformación puede comprobarse llamando a cualquier notaría: no existe notario del país que no diga que se realizarán “uniones solemnes”. Algunos medios de comunicación repiten esta fórmula sin saber ni siquiera de lo que están hablando y varias parejas del mismo sexo han realizado estas uniones solemnes que podrían traerles muchos problemas cuando traten de ejercer sus derechos o cuando la pareja se separe o uno de los miembros muera.
La Unión Colegiada de Notarios sustituyó el debate democrático, al Congreso, a la Corte Constitucional, a los jueces y en general usurpó la autonomía interpretativa de los funcionarios públicos. Es la primera vez en nuestra historia que se orquesta una manguala similar para negar derechos a las parejas del mismo sexo.
El notario Rojas dice que es un “liberal” y trata de mostrar la “unión solemne” como un acto de benevolencia con las parejas del mismo sexo. En algún momento le creí, pero por sus obras los conoceréis.
La actuación más reciente y más grave es la asesoría para que los notarios niegue el matrimonio igualitario. A solo un día de que Colombia Diversa publicara su solicitud de matrimonio, la Unión de Notarios circuló un formato de respuesta a esta solicitud (ver formato para negar matrimonio). De hecho, en un tiempo record un notario de Cali hizo uso de ella sin ni siquiera hacer un análisis jurídico serio (ver fotos).


La unión solemne es un contrato sin ningún valor en el ordenamiento jurídico y es una falsa expectativa para las parejas del mismo sexo porque no protege su vínculo como una familia, no garantiza el régimen común de bienes, no sirve para acceder a ningún derecho ni establece obligaciones ni mucho menos modifica el estado civil (ver video de Opinerd y el Notario Mario).
Esto ocurrió con la complacencia del gobierno nacional que primero apoyó a la Unión de Notarios en su interpretación y a última hora dejó en libertad a los notarios. El gobierno no ha enviado ninguna instrucción a los notarios y sigue sin contestar las solicitudes que le realizó Colombia Diversa por lo cual la Ministra de Justicia tendrá que responder a una acción de tutela que fue admitida la semana pasada.
Detrás de la bondad y el aparente espíritu colaborativo de la Unión Colegiada de Notarios se esconde un complot para perpetuar la discriminación. Las parejas del mismo sexo acudirán de buena fe a las notarias donde los engañarán con esta “jurisprudencia de baranda”. Lo peor, es que la confusión y la discriminación terminarán afectando a las parejas más pobres, a las más vulnerables por falta de asesoría legal y a las que viven “en el clóset”.
Este contrato es un engaño orquestado por los notarios para cumplir en apariencia la orden de la Corte. Por eso no tendrán necesidad de objetar conciencia, simplemente van a crear un apartheid legal llamado “unión solemne”. Los notarios están actuando más como miembros del partido político del Procurador que como funcionarios públicos comprometidos con la Constitución. Algo que no me extraña de un gremio que en el pasado solamente se organizó para asegurar sus puestos y que fueron mudos ante la usurpación de tierras.
Para salir de este laberinto de la discriminación son indispensables tres acciones: que las parejas del mismo sexo no realicen uniones solemnes, que soliciten matrimonio ante los jueces civiles municipales (ver concepto de Consejo Superior de la Judicatura dónde se garantiza trámite de matrimonio) y que interpongan acciones de tutela si les niegan el matrimonio o si los engañan con la unión solemne (más información sobre matrimonio igualitario). Debemos rebelarnos ante notarios o cualquier otro funcionario que trate de discriminarnos, ellos son los que están actuando contra la Constitución.