Donar para el periodismo independiente se está poniendo de moda.

Ser periodista, y sobre todo liderar un medio, equivale a tomar decisiones cuyas consecuencias conocen todos, a equivocarse a la vista, como un jugador o un árbitro de fútbol. Es ser humano y errar pero con decisiones que importan a miles. Eso, como en el fútbol, puede crear hinchas y odiadores, incluso con personas que uno no conoce.

Por mucho que puedan perturbar los que odian y llegan al equivalente a insultar al árbitro en el calor del estadio (o de las elecciones), el cariño de los que apoyan llena de razones para seguir trabajando, para tratar de aprender de los errores y repetir los éxitos.

La campaña de SúperAmigos, desde que nació hace seis años, se ha tratado un poco de eso: de preguntarle al viento si lo que hacemos es importante para alguien, de buscar saber si hay hinchas, ponerlos a gritar cantos de apoyo al equipo, crear un lazo con ellos. Armar una comunidad.

A eso le hemos apostado con los Viernes en La Silla, que nos han permitido conocer a decenas de nuestros Súperamigos, o con las invitaciones a nuestros consejos de redacción.

A una semana de que termine nuestra campaña, ya estamos felices. Unas 500 personas le han apostado a nuestro periodismo, decenas más han apoyado la campaña con publicaciones en redes sociales, muchos otros han respondido nuestros mensajes diciendo que van a donar apenas puedan.

Todo eso refleja lo que Juanita llamó hace un año “el lado lindo de la humanidad”: la generosidad, la capacidad de construir en conjunto, de valorar lo que recibimos, de apoyar incluso teniendo desacuerdos. El lado lindo de la humanidad vuelve a brillar este año.

Esa es una de las cosas más gratificantes de trabajar en La Silla: conocer ese lado lindo de centenares de personas, incluyendo anónimos que nunca sabremos quiénes son.

Incluso más allá de las cifras y de la plata, el esfuerzo que le hemos dedicado a los SúperAmigos ha funcionado.

O por lo menos eso parece cuando otros medios independientes están haciendo campañas iguales. Medios casi nuevos como Cuestión Pública, o con larga trayectoria como Razón Pública. Medios totalmente innovadores como Mutante o tan críticos como La Oreja Roja.

Ellos están en campañas como la de SúperAmigos estos mismos días. Todos ellos buscan saber si tienen hinchas, crear comunidades, financiarse gracias al cariño. Esperamos que a todos les vaya muy bien.

Porque si a todos nos va bien, el periodismo puede ser más como el fútbol en su mejor cara: un espacio donde hay muchos colores, muchos equipos y muchos hinchas que se sienten dueños de los equipos. Y hará posible que, como el fútbol, el periodismo sea un oficio que le importe a multitudes.