Según la Fiscalía General de la Nación la doctora Paola Andrea Salgado Piedrahita es una terrorista que hace parte de la célula Domingo Laín del ELN. Según su jefe, el Alcalde Mayor de Bogotá, quien la identificó a través de un trino que remitía a una entrevista que le realizó hace unos años la periodista Cecilia Orozco, la funcionaria es un ejemplo de liderazgo en materia de derechos reproductivos, protectora de los menores y pionera en batallas legales para reivindicar las luchas de género.

Según la Fiscalía General de la Nación la doctora Paola Andrea Salgado Piedrahita es una terrorista que hace parte de la célula Domingo Laín del ELN, organización responsable de los atentados del 2 de julio en la ciudad de Bogotá y posiblemente de otros diez actos terroristas durante los últimos meses.

Según su jefe, el Alcalde Mayor de Bogotá, quien la identificó a través de un trino que remitía a una entrevista que le realizó hace unos años la periodista Cecilia Orozco, la funcionaria es un ejemplo de liderazgo en materia de derechos reproductivos, protectora de los menores y pionera en batallas legales para reivindicar las luchas de género.

Por eso suponemos que la contrató por la módica suma de 82 millones de pesos a través del Instituto para la Participación Comunitaria para trabajar en los hospitales de Chapinero y Suba.

Hasta ahora a la doctora Salgado la protege la presunción de inocencia y la Fiscalía, con el bororó armado por estas capturas, es mejor que tenga unas pruebas muy serias, no solamente para justificar las detenciones, sino también para llevar a cabo la condena efectiva de los responsables.

Un Sigifredo II faltando ocho meses para que se concluya el mandato del Fiscal puede ser demoledor para su legado histórico, sobretodo porque ya se están escuchando las voces de la izquierda que lo acusan de estar produciendo falsos positivos judiciales para saciar la sed de resultados de la opinión pública. (No dijeron lo mismo cuando esta misma Fiscalía vinculó a la investigación por los falsos positivos de verdad a cuatro generales de la República).

No obstante, al perro no lo capan dos veces, y la detención de los 12 chicos malos de nuestro pequeño hezbollah bogotano es un tema que debe ser más complicado de lo que parece.

Lo que me lleva al punto de este blog: ¿por qué Paola Andrea se volvió terrorista si era tan buena muchacha?

Empecemos con la entrevista que le concedió a Cecilia Orozco. Es un relato sobre su lucha para lograr que una EPS le realizara un aborto a una niña de 12 años argumentando que el embarazo le estaba causando “daño a la salud mental” y que por lo tanto estaba enmarcado dentro de los parámetros constitucionales para la interrupción voluntaria del embarazo.

La Corte finalmente le compró el argumento autorizando que la niña abortara su bebe de casi seis meses y medio (¡!), no sin antes ganarle una batalla campal a la Procuraduría.

Sorprende que esta Erin Brockovich criolla, que desafió el sistema, jugando con las reglas del sistema, y que triunfó resonantemente en contra de los poderes establecidos, crea que la forma de cambiarlo sea poniendo bombas para matar y mutilar a gente común y corriente.

Ella misma probó que la forma mas efectiva de cambiar la ley es con la ley en la mano y no con un coctel Molotov.

En la entrevista la doctora Salgado se limita a los detalles legales del caso, citando sentencias, certificaciones médicas, plazos procesales, etc. No hay diatribas en contra de la oligarquía, el imperio, la burguesía, la iglesia, ni siquiera contra el Procurador, que se opuso con pies y manos a la pretensión de la demandante. Mejor dicho, la doctora habló como una abogada profesional que defendió y ganó una causa en la que tenía convicción.

Tal vez una mejor comprensión de la doctora Salgado se logra a través de sus propias publicaciones en redes sociales. Allí aparece como una militante feminista de izquierda un tanto abrasiva (“¡las mujeres buenas van al cielo, las rebeldes a donde ellas quieran!” es un grafiti que publica en Facebook y una foto donde aparece topless con un escrito en la espalda que dice “Ninguna agresión sin respuesta”). Su vinculación es a grupos vociferantes y activistas, como el Congreso de los Pueblos y por supuesto al Polo Democrático línea PUP.

Todo perfectamente legal. Sin embargo….

No será la primera vez que una buena chica acaba poniendo bombas y matando gente inocente. Remember Diana Milena Guevara, la universitaria estudiante de medicina que bombardeó un bus de Transmilenio en 2003.

Según sus amigas “ella era una buena alumna, con promedios de 3,5 y 3,8. Cuando iba al centro a cine decía que si la mamá sabía la mataba. Llegaba en carro a la Universidad y siempre era amiguera y entusiasta…Ni su novio entiende por qué lo hizo”.

Pero lo hizo, como ella misma confesó después. Un amigote de nombre Rubén, de esos galanes mamertos que llevan 45 semestres en la Universidad Nacional mas interesados en engatusar a niñas ingenuas con ínfulas de Haydée Santamaría que en hacer algo verdaderamente útil, la reclutó y la convenció de que la mejor forma de lograr la justicia social era incendiar un bus urbano lleno de gente.

Imperfecto como es, el sistema judicial colombiano tiene que demostrar ahora que la justicia no es, ni para los de ruana, ni para los de corbata. Ni para los de uniforme, ni para los de mochila. Es para todos los ciudadanos. Tanto para defender sus derechos reproductivos como para castigarlos cuando atentan contra la vida, integridad y bienes de sus compatriotas.

Lo que está en juego en este caso es el estado de derecho y Paola Andrea, tal vez sin quererlo, nuevamente lo pondrá a prueba.