Cambiar los parafiscales del SENA, el ICBF y la salud, y dejar por fuera de la discusión a las cajas de compensación es una grave inconsistencia del gobierno.

Cambiar los parafiscales del SENA, el ICBF y la salud, y dejar por fuera de la discusión a las cajas de compensación es una grave inconsistencia del gobierno.

Desde hace mucho tiempo se ha posicionado la idea de que los parafiscales son una carga a la generación de empleo y ello explica, en buena medida, la enorme informalidad de nuestro mercado laboral. Quienes hoy lideran el equipo económico del gobierno han escrito documentos, artículos y han presentado múltiples ponencias en este sentido.

Hoy, cuando tienen la oportunidad de discutir si el 4% de la nómina que se gira “graciosamente” a las cajas de compensación tiene sentido, el equipo económico ha decidido no tocarlas, no plantear ni siquiera la discusión y no promover una evaluación de su sentido y utilidad. ¿Por qué?

Son instituciones con buena imagen; así lo reflejan las encuestas sobre el tema. Manejan un enorme presupuesto y tienen fuertes vínculos con la clase dirigente, tanto empresarial como política y sindical. Se dedican a actividades loables, y en términos generales, cumplen sus  tareas sin mayores escándalos. Pero claramente su financiación no estimula el empleo formal, su administración no está exenta de discusiones y considero responsable y consistente incluirlas en la discusión de la reforma tributaria.