Los gobiernos nacional y municipales se esfuerzan por “venderle” a los ciudadanos, con cifras en la mano, que el grueso de los indicadores objetivos de seguridad han venido mejorando. Caen los homicidios, los secuestros, los paseos millonarios, las tomas guerrilleras y eso, en esencia, es cierto. Pero en las encuestas no parece reflejarse ¿Por qué?
Me baso en las datos públicos de la Red de Ciudades Cómo Vamos, donde se muestran varias cosas para 10 ciudades:
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Del 2009 al 2015 sí aumentó la percepción de seguridad de los ciudadanos en su barrio, pasando de 40% a 52%. Es decir, la estrategia de cuadrantes parecería tener un buen efecto.
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Al ser indagados sobre la percepción de seguridad en la ciudad, en el mismo periodo se pasa de 40% a 37%, con su punto más bajo de 34% en 2014.
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Quienes se sienten más seguros están en Manizales con niveles del 57% y quienes se sienten menos seguros están en Cartagena y Bogotá con 15%.
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La gente denuncia en niveles superiores al 30%, pero ante la pregunta de si cree que el hecho será sancionado, el promedio es del 11%: Bogotá, Cartagena y Bucaramanga cuentan con los niveles más bajos de credibilidad en la justicia.
Los cuadros que acompañan este blog intentan mapear la percepción de la ciudadanía frente a la política criminal: Me siento seguro, He sido víctima de un delito, Lo denuncié y Creo que será sancionado. Como se puede ver, el gran reto es aumentar la percepción de justicia en estos casos y como ello no sucede, mi hipótesis plantea que esto termina arrastrando hacia abajo la percepción de seguridad de los ciudadanos.



