“Hace doce semanas, al asumir un rol protagónico en una de las campañas presidenciales, decidí en acuerdo con la dirección de La Silla Vacía suspender mis entradas a este Blog. Hoy, aceptando el hecho de pertenecer a una fuerza política minoritaria, y reconociendo el triunfo electoral de Santos y Mockus, retomo a esta grata tarea de presentar en público mis opiniones y argumentos.
“Hace doce semanas, al asumir un rol protagónico en una de las campañas presidenciales, decidí en acuerdo con la dirección de La Silla Vacía suspender mis entradas a este Blog. Hoy, aceptando el hecho de pertenecer a una fuerza política minoritaria, y reconociendo el triunfo electoral de Santos y Mockus, retomo a esta grata tarea de presentar en público mis opiniones y argumentos.
Inicio comentando los resultados sobre el cálculo de la línea de pobreza publicados recientemente. Con la tendencia al aumento del desempleo, la informalidad y el subempleo, uno esperaría un aumento de la línea de Pobreza por Ingresos. De hecho, la presentación oficial muestra que el ingreso percapita de los hogares colombianos, en pesos del 2008, presentaron una disminución del 2% con respecto al 2007. Este deterioro es más notorio en las Aéreas Metropolitanas donde la caída reportada es de un 4%. En ese contexto, la línea de pobreza presenta una leve disminución, del 46% en 2007 a 45.5% en 2008. La explicación de esta aparente contradicción, dice el DNP, es la caída en el precio de los alimentos. Es decir, con menos recursos pareciera que hoy las personas en situación de pobreza pueden comprar más alimentos.
No quiero controvertir esa explicación ni los resultados presentados, pero si vale la pena señalar que estamos no ante un aumento inusitado de la oferta de alimentos, sino todo lo contrario, ante el colapso de la capacidad de compra de los hogares y por ende, ante una disminución de la demanda se presenta una caída de los precios en los alimentos.”