Hace no más un par de semanas el director del Instituto Carcelario y Penitenciario de Colombia informó a la opinión pública que el espacio destinado en las cárceles para los funcionarios públicos se había colmado. Terror.

Hace no más un par de semanas el director del Instituto Carcelario y Penitenciario de Colombia informó a la opinión pública que el espacio destinado en las cárceles para los funcionarios públicos se había colmado. Terror.

Porque ¿qué hacer con los tantos y tantos los exfuncionarios de la administración de Álvaro Uribe que se encuentran sub judice, que cuando seguramente los envíen a prisión no encuentren cupo en La Picota? Por fortuna, digo yo, siempre, en estos casos hay una opción: la casa por cárcel.

Pero además, ¿qué hacer con ellos para que no contaminen a los presos de mejor ralea?

Tengo la salida. 

Dicen los que saben que el trabajo es como el segundo hogar. Y ya que aquellos se la pasaron trabajando, trabajando, trabajando durante ocho años ¿quién pues se atreve hoy a dudar que la Casa de Nariño hubiera sido su hogar? Pero que se vayan prisioneros para allá no tiene presentación. Además las cosas al parecer han cambiado mucho allí.

Y tampoco cabrían seguramente. Hay pues que recurrir a otras medidas. 

Ex presidente Uribe: !acójalos en el Ubérrimo!  Podría llegar a ser su segundo hogar para ellos.

Allí, además de que podrá vigilarlos de cerca,  juiciosos leerán las aventuras de Tom y Jerry, a lo mejor los cómics de Archie y Torombolo, leerán las epístolas  de los doce apóstoles, qué se yo.. 

Y quizá usted mismo podría quedarse allí un tiempo. Quién quita. 

Descansando, claro.