A estas alturas de la vida pensé que no hacía falta ser muy inteligente para entender que lo que atrae como moscas a los partidos en torno a Juan Manuel Santos es el poder, las prebendas y la repartición de cuotas, asunto del que por supuesto tampoco se marginaron los Verdes.¿Acaso se necesitaba una Unión como la gestionada por Santos, en la que todos los partidos se funden,  para sacar adelante las buenas iniciativas del gobierno?

Así que Peñalosa y Lucho, voceros de los Verdes, con su buen olfato decidieron que no podían estar por fuera de la Unidad Nacional. Y ya que a Lucho lo seduce cualquier cosa, sobre todo si se trata de poder, cayó en la tentación. En estos asuntos, por ejemplo,  habrá que otorgarle un premio que bien podría ser la Orden en alto grado Gay Lussac por sus buenos oficios y olfato. 

Recordemos que de la Unidad Nacional hacen parte aquellos que en la pasada contienda electoral contrataron a un especialista para difamar al candidato presidencial verde y también los que rieron y aplaudieron cuando ese mismo fue tildado de caballo discapacitado. Los que utilizaron a familias en acción para  capturar votos. Y al Sena.  ¿Será esa acaso la aplicación de la doctrina Mockus a la que hace referencia Garzón cuando dice que la Unión está montada sobre aquella, para así seguir cabalgando impunemente sobre la honorabilidad de Antanas? 

Así que en esa Unión, Peñalosa y Lucho estarán como en casa, y nadie hablará de las lozas de Transmilenio, ni de bolardos, de moños de navidad.  Nadie le preguntará a Peñalosa si aún insiste en pensar que Uribe fue un gran presidente, cuando la gran mayoría de sus ministros se encuentra rindiendo cuentas a la justicia, y porqué razón no se percató de los robos a la dirección de impuestos, a la salud, a la agricultura, lo de las chuzadas, los falsos positivos. Allí nadie va a preguntarle nada a nadie.

Pero esa es la política. Por eso propongo que olvidemos todo lo pasado, nos sumemos también a los aplausos a los verdes y a su unión nacional, gocemos también cuando lucho sea nombrado embajador en algún lejano país –ojala no musulmán pues allí no podría beber- y preparémonos para aportar en la cuenta de ahorros que en unos de sus muchos bancos abrirá don Luis Carlos de Sarmiento y Angulo, gramático y banquero, para que enrique pueda comprar su nueva bicicleta, pues la de mostrar se la robaron del carro hace unos días, con guardaespaldas y todo. ¡Que contrariedad ala!!

Advertencia: ojo señores de la Unidad Nacional. No saben que los Verdes a quienes han permitido la entrada son peores que ustedes.