Por estos días, Guido, Manuel y Miguel Nule lideran titulares y protagonizan más de un artículo en su contra. Su nombre es hoy en día sinónimo de deudas, pleitos y obras inconclusas. No sin razón, la mayoría de los medios ha cuestionado públicamente su trabajo y su conducta. Sin embargo -y como es bien sabido- los Nule no descuidan sus amistades.
Fue precisamente una mano amiga la que se atrevió a escribir el único artículo que parece querer defenderlos, según el cual “Hoy se les ve reflexivos, nerviosos y armados de argumentos para defender como gatos panza arriba lo que consideran furiosos ataques de competidores por una situación temporal de iliquidez y que se resisten a dejarlos transitar por los estrechos corredores del mundo empresarial”. La mano es de Norbey Quevedo, quien el pasado 24 de enero en El Espectador, en una enmascarada -como bien lo describió un lector- casi invita a organizar un teletón por estos tres ‘jóvenes emprendedores’. 
A este buen amigo hay que recordarle que estos ‘emprendedores’ le deben $13.574 millones al Estado, tienen problemas con el mantenimiento de 4 acueductos del país,  tienen bloqueada la bodega en donde se prepara el material para la doble calzada Bogotá-Girardot y además están atrasados en la construcción de un tramo que afectaría la entrega de la troncal de Transmilenio en la calle 26 de Bogotá.
Pero quiza la benevolencia de algunos periodistas no debería sorprender ya que  como lo dice en su última  de opinión de El Espectador María Elvira Bonilla “la fórmula de éxito de los Nule ha sido una combinación de ingeniería (…)  en donde desempeña un papel importante su jet particular,  y la oportuna y calculada financiación de campañas políticas en los ámbitos local, regional y nacional, sin descuidar los medios de comunicación”.
Es que un buen amigo está en las buenas y en las malas, pero sobre todo en las malas. Lástima que a Norbey le falle la memoria, le sobre lealtad con sus amigos y le falte criterio con su público. Ojalá un día de estos se vuelva un buen amigo de los colombianos.