Francesca Ramos Pimataro
Hugo Eduardo Ramírez

Francesca Ramos Pimataro
Hugo Eduardo Ramírez

Si se trata de reflexionar sobre las razones y fundamentos que tienen los gobiernos de Colombia y Venezuela, para nadie es un secreto que lo que en Venezuela se magnifica en Colombia se ignora, y viceversa. Es decir, lo que para la opinión pública colombiana se convierte en el sinónimo de desmoronamiento del gobierno de Chávez, como es el caso de las marchas en contra del cierre RCTV desde el lado venezolano aparece como carente de sentido y se vuelve en una fortaleza del gobierno, en el caso Colombiano, con ciertos bemoles aplicaría la misma situación: dos agendas públicas, dos formas de relacionarse.  
La política exterior en este sentido es quizás una de las políticas más representativas sobre la cual se puede proponer una reflexión sobre las razones del “otro”, ya sea para “aprender con el rival y/o con el enemigo”, o para reformular la forma maniqueista en la cual estamos abordando el problema binacional, justificando las soluciones para aquellos que se identifican como los problemas dentro de la agenda binacional, en este sentido podríamos pensar como una propuesta de salida a la crisis el llegar a consensos mininos en las dos naciones sobre aquellas que se identifiquen como las amenazas por parte de los dos gobiernos.
Tiene razones de más el gobierno venezolano al sentirse amenazado por la cooperación militar norteamericana, al igual que las tiene el gobierno colombiano al respecto del expansionismo del proyecto del presidente Chávez. Cada uno de estos temores confirma los preconceptos sobre el otro y justifica la toma de acciones en contravía de soluciones que lleven a feliz termino las relaciones entre los dos países.
Cada vez es más urgente el comprender las razones del otro, ya sea para “aprender con el rival y/o enemigo” o simplemente con el animo de comprender que las ideas e ideologías de los gobiernos no sólo explican el mundo sino que también ayudan a redefinirlo.