En su investigación La seguridad democrática de los sueños, Carla Collodi, profesora de la Universidad de Buenos Aires, desarrolla una idea poco o nada frecuente en el campo de los estudios sociales: entre 2002 y 2010 la investigadora hizo varios recorridos por el país recogiendo los sueños de la gente más dispar. Durante ocho años Collodi logró reunir cientos de relatos oníricos que más que servir de ilustración para una interpretación de lo complejos freudianos, o de los problemas personales o intrafamiliares de los soñantes, revelan algo singular y evidente, la mayoría de los sueños responden a un patrón común: la ansiedad que genera en los colombianos el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

Un referente clave para esta tarea fue el famoso estudio de la periodista judío-alemana Charlotte Beradt y su célebre trabajo El Tercer Reich de los sueños, una investigación que, como lo anota Jacobo Siruela en su libro El mundo bajo los párpados, describía “la herida psicológica” dejada en los alemanes por el clima social del nazismo. Beradt llamó a esta pesadillas “sueños políticos”, Siruela prefiere llamarlos “sueños históricos”, según él los distintos episodios “escenifican perfectamente la alienación vivida por los alemanes durante esos largos y tormentosos años de oscuridad”.

Los sueños políticos o históricos recopilados por Collodi en Colombia se parecen a los recogidos por Beradt. Por ejemplo, si en la Alemania Nazi una mujer soñaba repetidamente con una insidiosa y taladrante proclama que salía una y otra vez de un megáfono instalado en un carro y que repetía “¡En nombre del Führer! ¡En nombre del Führer! ¡En nombre del Führer!”, en Colombia una mujer soñó con un radio instalado sobre el fregadero de su casa que no se apagaba por más que ella le arrojara agua, del parlante del transmisor salía una voz solemne y con acento paisa que no cesaba de repetir “¡Trabajar, trabajar y trabajar!”.

Otros cientos de colombianos sueñan sueños distintos pero explícitos que revelan un relación directa con el ochenio del Gobierno Uribe y la onda onírica de la seguridad democrática: un celador sueña que revisa el recibo de su salario por lado y lado buscando el pago por horas extras que ha desaparecido; una politóloga sueña que va al baño y se encuentra con Álvaro Uribe Vélez, él le dice que algo huele mal en su casa, ella vuelve al cuarto y encuentra a su pareja leyendo el Manifiesto Comunista; un artesano sueña con un lote inmenso de cerámicas que no se secan, se angustia porque sabe que los hijos de Álvaro Uribe Vélez le van a rechazar el pedido; un profesor de colegio sueña con su salón de clase y un afiche de Álvaro Uribe Vélez con un rayón infantil de bigote a lo Hitler, con temor ve venir hacia el salón al rector del colegio acompañado del director de la junta de padres de familia y de un niño esposado y custodiado por la policía; una mujer mayor sueña que habla por teléfono con su hijo que trabaja como abogado en la Corte Suprema de Justicia, ella le habla mal del gobierno, en ese momento entra a su cuarto una agente del DAS y comienza a repetir en voz alta todo lo que la mujer acaba de decir; un campesino sueña que manosea a una exreina de belleza y actriz de televisión, su mujer los ve de lejos, hacen el amor al son de una motobomba que inunda la pequeña parcela de la pareja de agricultores; una mujer de Soacha sueña con su hijo joven desaparecido, él está en el campo recogiendo café pero cada grano que recoge se lo mete en los huecos de bala que tiene en una camisa playera; un adolescente sueña que su padre le pega una paliza cuando lo sorprende mirándole las nalgas al Ministro de Agricultura que va desnudo por la calle, a cada golpe su padre le repite le voy a dar en la cara marica, el adolescente huye, entra a un cuarto donde está su novia desnuda, él no se siente atraído hacía ella pero el padre se asoma por la ventana y le hace señas para que se dé un “gustico” y desesperado le grita “sea varón”; un ganadero cordobés sueña que a la fiesta de matrimonio de su hija llega Álvaro Uribe Vélez a exigir amablemente el derecho de pernada; un caricaturista sueña que está en una fiesta en el patio de una finca, aparece Uribe montado en un caballo de paso y le da vueltas en círculos dándole empujones con el animal, la gente se ríe, el caricaturista está desnudo y se tapa el pipi con una taza de café; un columnista de opinión sueña que está en un salón de un hotel vacío y que escribe la misma frase una y otra vez en una máquina de escribir, “todo el trabajo y sin distracción, hacen de Alvaro un mamón”, la oración se repite miles de veces en resmas y resmas de papel; un pediatra sueña que Álvaro Uribe Vélez le lleva a su consultorio a un viejo octogenario para que le saque una muela; un camionero sueña que se mete a un oscuro túnel con su tractomula, el vehículo comienza a trastabillar como si la vía estuviera sin pavimentar y llena de huecos, mira por el espejo lateral y ve a unos hombres abrazados saltando, son el ministro de transporte y tres contratistas; un narcotraficante desmovilizado y encarcelado como paramilitar sueña que está tomándose un trago en un avión que no despega, mira por la ventana y ve su maleta abierta y abandonada en la pista, ve como el dinero y los documentos importantes se desperdigan con el viento, mira su brazo y ve que tiene un tatuaje en inglés que dice “fuck you“; en un grupo de soldados de un batallón de alta montaña todos los que no tuvieron un padre en la infancia soñaron con Álvaro Uribe Vélez en el rol de progenitor; una guerrillera ve que encima de un monte hay una monja de espalda encadenada a un árbol, se acerca y a primera vista se parece a Ingrid Betancourt, de cerca nota que se trata de la esposa de Álvaro Uribe Vélez, la mujer tiene una cruz roja pintada con pintalabios en la frente, ella le dice a la subversiva que “todo es puro maquillaje”; un viceministro de defensa sueña embelesado que Alvaro Uribe Velez le cita en un perfecto alemán a Kant, Von Clausewitz y Wittgenstein; un asesor presidencial sueña que lo nombran Ministro de Propaganda y que debe compartir oficina con la Ministra de Cultura; una congresista sueña que orina parada en el baño del congreso y ve como dos hombres diminutos la espían escondidos detrás de una mata de caucho, se trata de Álvaro Uribe Vélez y su Ministro de Interior; un poeta sueña que Álvaro Uribe Vélez está en la tarima de un festival de poesía pero está mudo, el poeta sube y le da un abrazo, Álvaro Uribe Vélez aguanta tenso por un momento pero al primer sollozo se descompone y no para de llorar, el poeta lo abraza con fuerza y no lo suelta.

Bogotá, 1971. Profesor, Universidad de los Andes. A veces dibuja, a veces escribe.luospina@uniandes.edu.co