Ya había roto la regla de cantidad de texto sugerida para los blogs. Corto y sustancioso me advirtió Juanita cuando me invitó. No lo he logrado. También rompí la de periodicidad. Haz dos entradas por semana, me sugirió. Hace dos semanas no entraba. Me excuso sin mayores explicaciones para no violar nuevamente la regla de espacio, ponerme al día en la de periodicidad y ensayar la de relato.
Ya había roto la regla de cantidad de texto sugerida para los blogs. Corto y sustancioso me advirtió Juanita cuando me invitó. No lo he logrado. También rompí la de periodicidad. Haz dos entradas por semana, me sugirió. Hace dos semanas no entraba. Me excuso sin mayores explicaciones para no violar nuevamente la regla de espacio, ponerme al día en la de periodicidad y ensayar la de relato.
No termino de reponerme al cierre de la Revista Cambio. En este país lo peor siempre está por venir, me dijo un amigo por estos días. Esa reflexión me encajó perfecta en este asunto, aunque cambié mentalmente este país por esa Casa Editorial. Me recordé diciendo que El Tiempo era un patrimonio de todos los colombianos. ¡Ilusa! Si lo evidente es que es patrimonio de los españoles de Planeta; punto. Durante 97 años la Casa Editorial El Tiempo tuvo como orden de prioridades el periodismo, la política y la plata. Aterrizando en este Planeta, la evidencia confirma que el nuevo orden es el inverso: la plata, la política y, si acaso de último, el periodismo.
¿Qué pensarán hoy los que afirman que vender periódicos es como vender cerveza? ¿Les parecerá que el cierre de Cambio equivale al cierre de una cervecería?
Cuando me encontré de casualidad a Rodrigo Pardo el pasado fin de semana le dije que sabía lo que estaba sintiendo. Y luego reflexioné, ¡claro que no! ¡A mí nunca me han echado dos veces! Y a nadie se le ha ocurrido (todavía) cerrar la institución en la que trabajo para poderme echar, complacer al tirano y luego achacarle la echada a las finanzas. !Qué voltereta tan cínica!
Apuesto que más de uno acaba de pensar que el tirano es el magno Presidente. Pues no. El tirano al que me refiero es el ilustre Planetario señor Solé, quien debería decirnos de una vez ¿Si a Cambio de la confianza inversionista va a respetar la libertad periodística? Pero que ponga la cara y responda, en vez de mandarnos súbditos emergentes de su bigornia.
Estaba pensando en eso cuando una noticia me devolvió el aliento. Se anunciaba que un juez había absuelto al columnista Alfredo Molano de los cargos de injuria y calumnia que le imputaban algunos primos Araujo del Cesar. Un mínimo de justicia, pensé, que además de salvaguardar la libertad de expresión, salvaguarda el mínimo sentido común. Lo que deshonra son las actuaciones delincuenciales de los familiares, ¡no las opiniones sobre esas actuaciones de los columnistas! Pensar que para llegar a esa conclusión Alfredo estuvo dos años sub judice, limitado en su movilidad y trabajo, por cuenta de semejante demanda tan absurda.
Pero como en este país nunca falta la diversión, empezó la contra danza de la reconciliación. Que el gobierno dio autorización para que les pidieran a los señores de las bandas de Medellín que bajaran la matazón. Que los señores dijeron que bueno, pero que no gratis. Aja. Entonces ¿Que qué se les ofrece a cambio? Pues cárcel. Que es que en la cárcel ya están, allá fue donde los visitaron para hacerles el ofrecimiento. Ah…. Entonces que ni modos. ¡Ay carajo! que se filtró la gestión a la prensa. Rápido, ¡que tapen! Que ni modos, ya se filtró. Entonces que llamen al Comisionado de Paz, lo enteren y le digan que dé una rueda de prensa. Que listo, ya salió. Y, ¿qué dijo? Que todos estaban alineados. Ok. Ay, ¡otra vez! Que Naranjo está diciendo que no se puede volver a cometer el error de dar estatus político a los narcotraficantes. ¡Carajo! ¿No estaban alineados? ¡Que lo callen! ¿Y si no se calla? ¡Pues llaman a la Policía!
No crean que éste relato es fruto de un talento personal. Apenas trascribo el casete # 3521 del DAS que fue entregado a la Presidencia hace dos semanas. ¡Lo olvidaron de casualidad en un debate!