A nadie le cabría en mente, hoy, proponer llegar a acuerdos con las cabezas del movimiento Medellín sin tugurios, si éste aún existiera. El del extinto Pablo Escobar. Ni tan siquiera pensar en reunirse con él. Ni con sus delegados. Para nada. Tampoco, en aliarse con alguno de los jefes de los grupos paramilitares o de las bacrim. Ni tan siquiera sentarse a conversar. 

A nadie le cabría en mente, hoy, proponer llegar a acuerdos con las cabezas del movimiento Medellín sin tugurios, si éste aún existiera. El del extinto Pablo Escobar. Ni tan siquiera pensar en reunirse con él. Ni con sus delegados. Para nada. Tampoco, en aliarse con alguno de los jefes de los grupos paramilitares o de las bacrim. Ni tan siquiera sentarse a conversar. 

Los políticos colombianos se reunieron con unos y otros, llegaron a acuerdos, eligieron senadores y representantes y todo lo que ya se sabe hicieron. Afortunadamente fueron y están siendo castigados por la justicia, a pesar de las argucias de unos cuantos dirigentes. Así que los temas del narcotráfico y de los paramilitares es algo que la sociedad ve con malos ojos y que no tolera más. Con dificultad y tardíamente.

Pero otra cosa parece ocurrir con la corrupción, a pesar de identificarse ésta como el peor de los males del momento. 

Porque siendo algo aterrador y aberrante, no pocos pretenden llegar a acuerdos con el partido que estuvo al frente del gobierno, durante el cual la podredumbre se afincó en el país. El todo vale.

El mismo partido que también participó del gobierno de Bogotá, y que fue dueño de su Concejo: el partido de la U. Y ya sabemos cómo está la ciudad. 

Los Verdes, mejor, su vocero y su candidato para la capital del país,  están en conversaciones con la U, con sus directivas, para ver cómo es que se asocian, pero quedando bien. Que nadie hable de corrupción.(O muy pasito)

Y el verde de Antioquia, se rasga las vestiduras y le reclama a las directivas del partido, de las que él mismo hace parte, que porqué la alharaca que han armado Mockus y Angela María Robledo, y Sudarsky, si aún no se conocen las bases de los acuerdos con la U. Que mejor se pongan a trabajar. Que hay cosas pendientes importantes. Que le den línea. 

Pero ¿es que acaso es posible llegar a acuerdos con ese partido? ¿Es posible sentarse en la misma mesa con ellos sin ruborizarse? ¿Podrá uno hacerse el de la vista gorda y asociarse con la U?¿ Con la compra de votos? ¿Con el todo vale? ¿Con el robo a la salud? Y la Yidis política? Y etc. etc..

Claro, en asuntos de corrupción, no hay problema. En torno a esa mesa si se puede llegar a acuerdos.  Eso ya no es importante.

Así es la política, ¿no?  

Si. La que hay que cambiar.

Así se pierda la Alcaldía.