Si esta elección va a ser un concurso de pechos fríos, un candidato que pueda sonreír sin asustar al fotógrafo ya empezó ganando. Al grano: éste es el decálogo que debe seguir Peñalosa para amargarle la partida de póquer al Presidente.
Enrique Peñalosa tiene todo servido para meterle un buen susto a Mr. Santos. Pero es Peñalosa. Pero es Mr. Santos. Si esta elección va a ser un concurso de pechos fríos, un candidato que pueda sonreír sin asustar al fotógrafo ya empezó ganando. Al grano: éste es el decálogo que debe seguir Peñalosa para amargarle la partida de póquer al Presidente.
1. Aléjese de Uribe. La idea es asustar a Mr. Santos, no asustarnos a nosotros. Ya Peñalosa marcó distancia con el buen argumento de que él es el único de los candidatos principales que no fue ministro de Uribe. Pero debe alejarse más. Si Santos va a ganar una elección sin esas carnitas y esos huesitos, Peñalosa puede al menos intentar hacer lo mismo.
2. Más sangre en el ojo. Hay que salir al ataque. Mr. Santos tiene más puntos débiles que la defensa del Envigado. Hay que ponerle el reflector al gobierno de las promesas y a esos amigos que el Presidente no lleva al club pero que le facturan apoyo (ver, por ejemplo, la lista de senadores electos de La U).
3. Arriesgue con la fórmula presidencial. Camilo Romero y John Sudarsky están descartados. La fórmula debe ser alguien con buen verbo, experiencia, carisma y popularidad. En algún lugar debe estar ese unicornio.
4. Menos bicicleta y más caballo. Al discurso urbano hay que meterle campo. Hablando de cemento y obras no se conquista a todo el país. Como decía mi primo gomelo, “métale papa, güevón”.
5. ‘Descachaquice’ el acento. Hablando de gomelos, hay que trabajar el acento de Peñalosa. Algún familiar boyacense o huilense debe tener. Es hora de llamar a ese tío lejano y visitarlo un fin de semana.
6. Evite a toda costa la tercera persona. No podemos seguir leyendo afirmaciones de Peñalosa como ésta: “Peñalosa no va a buscar ser simpático sino a tomar decisiones responsables, así sean difíciles”. La tercera persona la escrituró Hugo Chávez y ahora la tiene monopolizada Petro. Hay que usar el plural de la nobleza o la primera persona, únicamente.
7. Deje a Petro hablando solo. Aunque Gustavo Petro tiene bastantes cosas en qué ocuparse, seguramente intentará sabotear a Peñalosa. (Además, eso es lo que hace Petro: ocupa su tiempo en todo menos en lo que tiene que estar haciendo). Hay que dejar al Alcalde hablando solo, en la plaza, que cada día se ve más sola.
8. No reedite la Ola Verde. Repetir ese trance de ingenuidad colectiva es imposible, pero igual hay que tomar precauciones. Siga el episodio con lupa y haga exactamente lo contrario.
9. Finja demencia con Transmilenio. Nadie va a entender eso de que Transmilenio empezó bien pero se dañó. Hoy es sinónimo de caos, hoy es un tiquete a la impopularidad. Es hora de eliminar la palabrita de todos los documentos de campaña.
10. Entréguele a Claudia López las llaves de la campaña. Este punto es el más importante. El domingo López se graduó de jefe de la bancada del partido en el Congreso. Ella tiene el libreto para dar la pelea; ella sabe qué botones oprimir para que esta candidatura despegue.
Con solo leer esto, Mr. Santos ya deber estar sintiendo que se le calienta la silla. Pedirá un vaso de agua y se desanudará la corbata. Imagínense cómo se pondría si en el horizonte aparece un candidato que hace algo distinto a hablarle a un auditorio de sillas Rimax. Tendríamos en nuestras manos una elección presidencial, no un trámite para un desfile el 7 de agosto.