Windows Vista fue un fracaso. Eso lo sabemos todos los que tuvimos que cargar con la ineficiencia del sistema operativo de Microsoft que, con un argumento que nunca entendí, supuestamente anulaba la garantía si se desinstalaba de algunos equipos recién comprados. Lo que obligó a algunos a abandonar su intención de regresar al Windows XP.
Eso explicaría, en parte, porque todo el mundo anda hoy hablando del lanzamiento de Windows 7 y de su puesta en el mercado, al cual llegó hoy por un costo de $350.000 en Colombia. Esta nueva versión, supuestamente, supera todos los problemas de la catastrófica versión anterior. Está muy bien que Microsoft perfeccione aquello que hizo mal, que corrija sus errores y saque del mercado al mutante incompetente que terminó por amargar a millones de usuarios en todo el mundo. Lo que no resulta coherente es que Microsoft se equivoque, venda un producto defectuoso y quienes pagaron por él, ahora deben volver a pagar para reemplazarlo por uno que funcione.
Este punto me llama la atención porque justamente todas las señales indican que cada vez más, los usuarios prefieren trabajar con programas y aplicaciones gratuitas, que además de ser de uso libre, funcionan perfectamente y con muy raras excepciones presentan fallas graves.
Una aplicación como Ares, que sirve para intercambiar archivos con otros usuarios, ha sido descargada 135 millones de veces. El sistema operativo Linux, aunque no hay estadísricas exactas, es usado por un rango de usuarios que está entre los 8 y 16 millones. El antivirus gratuito AVG (que protege de virus informáticos) ha sumado 225 millones de descargas. En ese mismo sentido, el antivirus Avast Home Edition, gratis para uso doméstico, cuenta hasta hoy con 80 millones usuarios. Cifras similares exhiben programas que permiten editar y ver fotos como Photoscape, aplicaciones que permiten comprimir, descomprimir y encriptar archivos como WinRAR, y reproductores multimedia como VLC. Eso sin contar con el éxito del Reader de Adobe y de Firefox, un navegador que según reportan con su versión tres, presentada el año anterior, consiguió un récord Guiness como el soft más descargado en 24 horas. En ese tiempo lo bajaron más de 8 millones de veces.
Aunque a simple vista parecieran dos temas inconexos, lo de Microsoft y Windows 7 y las tendencias de consumo en el tema de software y aplicaciones (que sirva y no cobre) son piezas de un mismo rompecabezas. Y puntas de una contradicción en la que los consumidores han demostrado que pueden imponer su razón.