Prudente advertencia para los que creen que la inversión extranjera es la pócima mágica que le permitirá a Colombia convertirse en un modelo regional de prosperidad económica y bienestar. Que la inversión brilla y que es necesaria, no hay duda, pero para convertirla en oro y catalizador de oportunidades, se necesita mucho más que atraerla en grandes cantidades.
Primero, la llegada de la inversión debe inscribirse en una clara estrategia de desarrollo sostenible donde el crecimiento económico se considere a la par con las cuestiones sociales y medioambientales. Esto no es nuevo, ya la tiene claro, por lo menos en el discurso, el gobierno. El desafío es la implementación de ese discurso. El riesgo, perderse en ese camino y repetir la experiencia de países como Congo. A pesar de ser el décimo receptor de inversión a nivel mundial, sigue ocupando los puestos más bajos en los índices de desarrollo y los más altos en nivel de pobreza e inequidad. Es además un país en el que el boom minero ha alimentado una de las peores guerras que ha vivido el continente africano.
Segundo, esa llegada debe también estar acompañada del establecimiento de marcos institucionales y regulatorios sólidos; de prácticas legislativas, judiciales y administrativas claras y transparentes. El riesgo no es solo que la inversión no venga por miedo a la inseguridad jurídica o a la corrupción. El verdadero riesgo es que venga, protegida por un tratado de inversión y resulte luego reclamándole al Estado una millonaria compensación por los problemas y pérdidas que la ausencia de estos marcos y prácticas le provocaron. El reclamo no se hace ni ante el Consejo de Estado ni aplicando la ley 80. El reclamo se hace ante un tribunal arbitral internacional y aplicando el derecho internacional. Las condenas pueden llegar a ser astronómicas. Que lo diga Ecuador, que en el último arbitraje fue condenado a pagar 1.700 millones de dólares a favor de la petrolera Occidental. Al día de hoy, la condena supera los 2.300 millones de dólares. Para tener una idea de las dimensiones del riesgo económico, el gasto asignado al sector salud en Ecuador para 2011 fue de 1.400 millones de dólares. Y no es el único caso que ha enfrentado el vecino país.
Colombia hasta ahora está entrando en el mundo de los tratados de inversión, pero lo está haciendo a pasos agigantados con la ratificación acelerada de estos instrumentos. Se está fabricando una bomba de tiempo.
La inversión extranjera impone desafíos y riesgos considerables. Y no solo para el gobierno, pero también para los empresarios y la sociedad civil. Desde este blog estaremos mirando el tema, contando historias de lo que pasa aquí y en otros lugares, analizando cómo funcionan los tratados, qué dicen los tribunales arbitrales, los organismos internacionales. El propósito es compartir ideas y experiencias, intercambiar puntos de vista y generar un espacio que contribuya a un sano debate.