La verdad es que le creí a Juan Manuel Santos, candidato, cuando prometió respeto por  la majestad de la Justicia y acatamiento de sus decisiones. Hoy, escuché al mismo Juan Manuel Santos, señor Presidente, discurseando sobre ¨..qué clase de justicia es la de este país..¨ que deja libres a unos hombres que roban armas para vendérselas a la guerrilla. Y me dije entonces: la comedia ha terminado.
La Justicia a la que se refirió el señor Presidente se personifica ni más ni menos que en la jueza que hace un par de días dejara en libertad a unos detenidos, aduciendo asuntos procedimentales y ante solicitud de los abogados de la defensa. A mi entender no hizo más que aplicar lo que consignan las leyes, y que si no hubiera procedido de conformidad, hoy estaría acusada de prevaricato. Pero ¿qué es acaso lo que consignan las leyes? Ni más ni menos que lo que los mismos senadores y representantes, que apoyaran la elección del hoy señor Presidente Santos, quisieron que contuviera. Y es que en asuntos de la justicia y la ley, los procedimientos en un país tan violador de derechos como el nuestro, la forma es tan importante como el mismo contenido. Pero volviendo al origen de la ley que nos preocupa, ¿porqué,  entonces, no se culpa abiertamente a los mismos legisladores de los errores de los que se acusa a la jueza? No. No es políticamente correcto.
Y la queja se produjo desde el mismo Presidente, pasando por su Ministro del Interior, como por el de la de Defensa. Unos dijeron que los delincuentes no tienen hora para cometer el delito y otro se quejó de las leguleyadas de los jueces que habían posibilitado que los detenidos quedaran en libertad.
Así que una vez más la culpa es de los jueces. Como en el gobierno anterior. Con las mismas palabras y argumentos. Y con María Isabel Rueda a la cabeza.