Por: Ana Lucía Duque Salazar
El rechazo en España y Estados Unidos a la cada vez más generalizada actitud de los funcionarios de no permitir preguntas en las ruedas de prensa o de dar declaraciones off the record ante grupos grandes de asistentes, no todos ellos periodistas, ha puesto el dedo en la llaga sobre las complicadas relaciones entre los periodistas y sus fuentes.
Por: Ana Lucía Duque Salazar
El rechazo en España y Estados Unidos a la cada vez más generalizada actitud de los funcionarios de no permitir preguntas en las ruedas de prensa o de dar declaraciones off the record ante grupos grandes de asistentes, no todos ellos periodistas, ha puesto el dedo en la llaga sobre las complicadas relaciones entre los periodistas y sus fuentes.
La primera protesta apareció en Facebook con un movimiento en contra de las ruedas de prensa sin preguntas, en las que los funcionarios se limitan a leer comunicados o expresar sus puntos de vista. Los más de 1 500 seguidores que ha tenido la iniciativa no solo califican de “estafa” este comportamiento, sino que exigen que los servidores públicos contesten los interrogantes de los comunicadores porque están obligados a rendirle cuentas a la gente.
Tan nefasto como no permitir que los periodistas interroguen a las fuentes, es prestarse para publicar lo que ellas quieran, sacar a la luz sus filtraciones y abrirles los micrófonos con preguntas condescendientes.
El segundo cuestionamiento surgió en Estados Unidos cuando un grupo de medios de comunicación envió una carta a 600 secretarios de prensa de la Administración pidiendo que cese la costumbre de dar declaraciones off the record en actos públicos, pues tanto miembros del Congresos como funcionarios federales suelen ofrecer valiosa información en eventos como conferencias, pero les prohíben a los comunicadores divulgarlas. Entre otras cosas, se indignaron porque otros asistentes sí pueden hablar de ellas en sus blogs.
El off the record es una práctica valiosa y utilizada de tiempo atrás porque da elementos para comprender mejor las situaciones, pero también les sirve de escudo a las fuentes para no comprometerse y para evadir sus responsabilidades.
Bien valdría la pena abrir el debate sobre lo que sucede en Colombia.