Por: Mónica Pachón, en colaboración con Kevin Ávila, Angélica Guerrero, Maria Mónica Mejía, David Ramírez y Tomás Villescas.
Se acercan las elecciones territoriales del próximo 29 de octubre y ya se han dado más de treinta debates para la Alcaldía de Bogotá. Durante las elecciones, los medios siempre están buscando informar sobre las propuestas de los candidatos, sus tácticas políticas y sus agendas. En las redes sociales, información sobre su vida personal, preferencias y vida cotidiana son el pan de cada día.
Sin embargo, poco sabemos sobre el otro lado de la ecuación: la información de los votantes. Por esto, en estas columnas subsiguientes – con un equipo comprometido de ex-estudiantes de mis clases (nos auto-denominamos ¡Votanding!*) – quisimos poner a prueba el conocimiento de los ciudadanos bogotanos sobre su conocimiento acerca de qué elegimos, las reglas electorales, los atajos de información con que toman decisiones, y los estereotipos frecuentes que generan dichos atajos.
La premisa es que tener ciudadanos interesados es mejor. La ciudadanía más interesada tiene más conocimiento y utiliza atajos de información más sofisticados. Además, es menos vulnerable a la manipulación por falsa información.
¿Qué tan sofisticados somos los votantes? Si no tenemos tiempo/voluntad de informarnos, ¿cómo nos guíamos para encontrar aquella opción más cercana a nuestras preferencias? Con estas preguntas salimos a la calle.
En este primer capítulo, le preguntamos a las personas: ¿qué se elige en octubre? Indagando por el conocimiento general de la jornada electoral en la cual elegimos a nivel nacional alcaldías, gobernaciones, asambleas departamentales, concejos municipales y juntas administradoras locales, incluimos otro tipo de elecciones para complejizar la selección.
Al salir a preguntar, nuestra expectativa era que los entrevistados identificaran la competencia por alcaldías (y gobernaciones) de forma más frecuente, por recibir mayor visibilidad electoral, y generar mayor recordación en los votantes. Con las demás competencias electorales a corporaciones, asumimos menos conocimiento por su complejidad y visibilidad. Esto fue lo que encontramos:
El resultado de nuestra pequeña muestra revela algo similar a lo que vimos reflejado en los resultados electorales en las territoriales de 2019.
Mientras el 90.7% de los votos para el alcalde fueron para partidos y candidatos, los demás cargos no lograron superar el 80%.
En las elecciones de corporaciones, además de ver porcentajes menores de participación, se observaron mayores porcentajes de votos nulos, no marcados o en blanco.
El caso más preocupante, sin lugar a dudas, es el de las Juntas Administradoras Locales, pues el 44.8% de la población no emitió ningún voto, y de los que eligieron participar, el 40.4% no le dieron su voto a ningún candidato. Es decir, solo el 32.88% de la ciudadanía habilitada para votar decidió hacerlo por una candidatura para edil de su localidad, comuna o corregimiento.
Las consecuencias de estas asimetrías de información no han sido investigadas en el caso colombiano pero podemos desarrollar algunas hipótesis que pueden ser diferenciadas según el contexto específico de la elección.
Las elecciones para JAL y concejos tienen un patrón más tradicional y personalista. Al ser electorados más pequeños, la participación en estas puede responder a procesos políticos en donde la intermediación de favores es más probable.
Que sólo participen el 32% de los ciudadanos habilitados para votar le hace la tarea más fácil a la política “tradicional”, al tener menores umbrales para ser elegidos (contrario a la elección a la alcaldía).
Los candidatos noveles tendrán una probabilidad menor de ser elegidos si no son “arrastrados” por políticos más senior que les den visibilidad. Y si los alcaldes no son de partido (como ocurre en muchísimas ciudades y municipios), el atajo de información se diluirá para privilegiar el vínculo personalista.
¿Cómo corregir esta brecha de información en la ausencia de interés por parte de los votantes? ¿Cómo influye en el cierre de esta brecha la forma en que consumimos noticias y cuándo las consumimos? ¿Es esto un problema para la calidad de la democracia?
Cuando elegimos a alguien que trabaje para nosotros —o nos represente— en el mundo privado, generalmente hacemos la tarea de escoger y revisar detalladamente hojas de vida, experiencia. En las elecciones, muchas veces llegamos a la urna sin saber qué vamos a elegir, dejando la decisión al azar, a una foto, a un logo. Es por esto que nuestro desafío en Votanding pone a prueba a transeúntes para visibilizar su conocimiento político, aportando pistas sobre cómo los ciudadanos nos informamos y tomamos decisiones.
Cada semana estaremos publicando un nuevo episodio ¡Esperamos que los disfruten, participen y se pongan a prueba también!
Para los más nerds, aquí van unos links:
– https://razonpublica.com/los-votos-no-eligieron-analisis-votos-nulos-no-marcados-blanco/
– Kleinberg, M. S., & Lau, R. R. (2021). Googling politics: how offloading affects voting and political knowledge. Political Psychology, 42(1), 93-110.
– Flaxman, S., Goel, S., & Rao, J. M. (2016). Filter bubbles, echo chambers, and online news consumption. Public opinion quarterly, 80(S1), 298-320.
– Prior, M. (2019). Why Political Interest Matters and How to Understand Its Origins. In Hooked: How politics captures people’s interest. Cambridge University Press.
* Votanding fue originalmente creado para promover la participación de los jóvenes en los consejos de juventud. Quisimos retomar esa iniciativa para lanzar esta serie de videos y contenido con autorización de su financiador inicial y otros co-creadores. Ver: @votanding2021.