Es evidente ya que a partir de los resultados de las elecciones del domingo, la mujer comienza a hacerse sentir como fuerza decisoria en la conducción de los destinos de la nación. Ya era hora.
Es evidente ya que a partir de los resultados de las elecciones del domingo, la mujer comienza a hacerse sentir como fuerza decisoria en la conducción de los destinos de la nación. Ya era hora.
Y esto es especialmente cierto para los Verdes, quienes hoy captan y canalizan una buena parte de las posibilidades de cambio en el país. No me cabe la menor duda de que la presencia de Gilma Jiménez, su cabeza de lista en el Senado y Ángela María Robledo en la Cámara por Bogotá, respaldadas por sus propios y meritorios trabajos y sumando el de Liliana Caballero con la nada fácil coordinación de los tres tenores, es en mucho responsable de los sorprendentes resultados del partido Verde en el país.
Ahora bien, la gran diferencia obtenida entre Antanas Mockus y Lucho Garzón está significando, además de que el primero y sus cultura ciudadana y respeto por la ley han sido ungidos con la representación del partido en las elecciones presidenciales, que a lo mejor los verdes poco quieren saber del segundo para estas lides. Bien diferente lo que acontece con Enrique Peñalosa.
¿Será entonces que Mockus y los Verdes tienen ahora sobre sus hombros la tarea de encontrar otra mujer para que los acompañe como su fórmula para la Vicepresidencia?