Flaco favor le hacen al ex presidente, Alvaro Uribe quienes andan por ahí cazando peleas a su nombre, lanzándolo de candidato a cuanto cargo se les ocurre y bombardeando las redes sociales con datos sobre los resultados de su Gobierno como si aún estuviera en la Presidencia.
A ese paso van a conseguir en semanas, lo que no pudieron hacer sus enemigos y la oposición en ocho años de Gobierno; los “errores” de sus amigos y los abusos de un puñado de los funcionarios de su segunda administración: ¡QUEMARLO!
Flaco favor le hacen al ex presidente, Alvaro Uribe quienes andan por ahí cazando peleas a su nombre, lanzándolo de candidato a cuanto cargo se les ocurre y bombardeando las redes sociales con datos sobre los resultados de su Gobierno como si aún estuviera en la Presidencia.
A ese paso van a conseguir en semanas, lo que no pudieron hacer sus enemigos y la oposición en ocho años de Gobierno; los “errores” de sus amigos y los abusos de un puñado de los funcionarios de su segunda administración: ¡QUEMARLO!
No entiendo cual es la gana de crearle al expresidente Uribe esa imagen de mujer con complejo de separada y viuda del poder que están enviando. De presentarlo como camorrero y pendenciero. De andar proponiéndolo hasta para “Alcalde de la Ciudad de Hierro”.
¿Qué es eso de andar amenazando con asambleas constituyentes que se prestan para todo tipo de interpretaciones? Razón tenían quienes decían que el problema de una segunda reelección no era la continuidad de Uribe, sino la perpetuación de sus amigos en el poder. Casos como el de Agro Ingreso Seguro, y ahora el del Banco Agrario y los floricultores, confirman su pronóstico.
No entiendo, cual es la intención de quienes quieren poner a pelear al Presidente Santos y al ex presidente Uribe. Ninguno de los dos es tonto. Los dos saben que eso no le conviene a ninguno. Los dos están en mora de mandar tanto sacamicas al mismísimo demonio. El primero para que lo dejen gobernar y el segundo para que esa inmensa popularidad con que salió no se convierta primero en antipatía y después en pesar porque no fue capaz de asumir su nueva condición de ciudadano.
Pero de verdad no entiendo, como es que Alvaro Uribe no le pone el tatequieto a tanta pendejada. ¿Cuando será que nos devuelven al Alvaro Uribe que elegimos en 2002? El de ahora no tiene nada que ver.