En el salón de la constitución del edificio del congreso, Uribe clamó ante los políticos del partido de la U que “hay que hacer una cirugía burocrática” a la administración distrital de Bogotá. Sorprende que no hubiera hecho ninguna mención a la responsabilidad que tienen en esos asuntos, los 13 concejales del partido de la U en la capital.
En el salón de la constitución del edificio del congreso, Uribe clamó ante los políticos del partido de la U que “hay que hacer una cirugía burocrática” a la administración distrital de Bogotá. Sorprende que no hubiera hecho ninguna mención a la responsabilidad que tienen en esos asuntos, los 13 concejales del partido de la U en la capital.
El partido de la U y sus 13 concejales son parte de la coalición de gobierno de Samuel Moreno y, por lo tanto, corresponsables del mayor desastre que ha padecido la ciudad en los últimos 20 años. Mientras Bogotá retrocede a pasos agigantados, con una movilidad infartada, una seguridad deteriorada y un vertiginoso avance de la corrupción, los concejales del partido que lidera el ex presidente Uribe han guardado completo silencio para no enemistarse con el poder del alcalde, repartidor de ambrosías burocráticas, manjares estos en los que el partido de la U en Bogotá es un comensal glotón.
Mal hace el ex presidente Uribe en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Si la burocracia de Bogotá ha crecido, a través de nóminas paralelas que atropellan a las personas de esfuerzo y mérito por favorecer a los recomendados políticos, es por el apetito insaciable de los partidos que hoy gobiernan Bogotá; y el partido del ex presidente es el más numeroso de ellos. ¿Cuántas veces han escuchado ustedes que los trece concejales de la U hagan debates contra el desgobierno, la ineptitud, la corrupción que están destruyendo a la ciudad? ¿Cuántas investigaciones conocen ustedes que hayan propiciado los 13 concejales de la U sobre la burocratización de la salud, el deterioro de los comedores comunitarios o la parálisis de la movilidad en la ciudad?
El ex presidente Uribe se hace el de la vista gorda ante la complicidad de su partido, con el remedo de administración que sufrimos los habitantes de Bogotá. Una omisión imperdonable en una persona tan bien datiada como él. El partido de la U no puede pasar de agache y querer esconder, a última hora, al elefante de su respaldo al gobierno más inepto en décadas. No conoce la ciudad ninguna propuesta con la que los 13 concejales de la U hayan contribuido a mejorar la vida de los bogotanos en los últimos 3 años.
Si el ex presidente Uribe quiere hacerle una cirugía a la burocracia de la ciudad, debería pedirles primero a sus copartidarios concejales que se sometan a una rigurosa dieta, en la que se prohíban los manjares burocráticos. Después, puede ser incluso necesaria una liposucción de urgencia. Con los antecedentes de apoyo irrestricto a Samuel Moreno, el partido de la U no tiene ninguna autoridad para presentarse como el renovador de la ciudad.