Durante la campaña presidencial del año pasado hubo consenso sobre la necesidad de volver a crear el Ministerio de Justicia, que se había suprimido y sus funciones absorbidas por el Ministerio del Interior. Todos atribuían a esa decisión los enfrentamientos entre el Gobierno anterior y las altas Cortes. Decían que faltaba un interlocutor. A la supresión del Ministerio también se le endilgaba la falta de política relacionada con el sector justicia, las dificultades presupuestales del poder judicial, la ausencia de una política criminal, etc.
El Presidente Santos que había propuesto durante la campaña echar atrás la decisión de Uribe de fusionar varios Ministerios, está empeñado en cumplir con su promesa electoral. Recientemente se ha sancionado la ley 1444 que recrea el Ministerio de Justicia y se están adoptando las decisiones administrativas para que en un par de meses tengamos nuevamente ese Ministerio. En el entre tanto, Santos nombró como Ministro del Interior y de Justicia a Germán Vargas, quien en condición de candidato presidencial, apoyado en un inmejorable grupo de asesores, había hecho serias propuestas sobre el tema, incluso como Senador había presentado un proyecto de ley para volver a crear el Ministerio. No lo nombró por eso, sino por razones políticas y lo nombró como Ministro de la política no de la Justicia, pero Vargas ha logrado reestablecer las relaciones con la Cortes (con la fórmula simple que Santos ha cumplido, de respetar las decisiones judiciales y no tratar de interferirlas ), ha dado la pelea al interior del Gobierno para mejorar el presupuesto del poder judicial, ha impulsado un conjunto de proyectos legislativos aplazados hace años relacionados con los procedimientos judiciales y la descongestión, ha revolcado el Inpec y la Dirección de Estupefacientes, es decir ha hecho lo que haría un buen Ministro de Justicia. Vargas ha logrado demostrar que la decisión de fusionar Interior con Justicia era correcta. Que el poder judicial no requiere un Ministerio, sino un gobierno respetuoso de la justicia. Que para hacer aprobar unas leyes y conseguir un mejor tratamiento presupuestal es mejor un político con buenos asesores, que uno de los asesores de Ministro.
Estoy seguro que Vargas está muy satisfecho con lo que ha hecho como Ministro de Justicia y quizás con lo que ha hecho como Ministro del Interior y habrá comprobado que con un fortalecimiento del Viceministerio de Justicia bastaría. A Vargas le gustaría seguir liderando los temas de Justicia pero está preso de la promesa de campaña. ¿Alguno de los promotores del Ministerio de Justicia podría decir, además de lo que ha hecho Vargas qué se hubiera podido hacer en este tiempo si existiera la estructura burocrática que se va a crear?
La fusión de los Ministerios de Interior y Justicia es una discusión que ha estado presente en distintos países del mundo y se ha ido y vuelto varias veces. En España se han fusionado y se han separado y lo mismo ha ocurrido en otros lugares como Costa Rica para citar un ejemplo. En Colombia ya fuimos y volvimos, vamos a ver cuánto tardamos en regresar.
Ahora que se aprobó la ley 1444 y que todos están tan contentos con el Ministro de Justicia, propongo que se cree el Ministerio del Interior, que está haciendo falta hace mucho tiempo. Ese Ministerio se ha desmantelado por distintas razones desde hace casi una década. La descentralización nadie la volvió a defender y dejó de ser políticamente importante, al contrario, volvió al Ministerio de Hacienda que siempre tiene razones para centralizar. La seguridad ciudadana salió de la agenda, el Ministerio de Defensa la absorbió y dicen que crearon una Consejería Presidencial de la que se sabe poco. La promoción de la participación ciudadana en los temas públicos se limitó a consejos comunitarios y ahora a temas de transparencia que están en cabeza de la Presidencia.
Sería mejor que en lugar de crear el Ministerio de Justicia que está funcionando bien, crearán el del Interior. A veces es mejor que los políticos no cumplan lo que ofrecen en las campañas.