El refranero paisa tiene una sentencia muy simpática: “¡Si pa’ eso se despertó, vuélvase a dormir!”. La frase le cae como anillo al dedo al Consejo Nacional Electoral (CNE), máximo Tribunal Electoral del país, que pasó de agache ante el manoseo del presidente Uribe por parte de la más variada fauna política. Y solo ahora, cuando ya los colombianos vamos camino a las urnas, anuncia que iniciará “los trámites para las investigaciones preliminares de los ciudadanos que son candidatos que utilizan al Presidente en su publicidad”. Según el presidente del CNE, Marco Emilio Hincapié, “el Presidente de la República simboliza la unidad nacional” y “no puede ser usado en las campañas”. “¡Si para eso se despertó, vuélvase a dormir!”.
Porque no le estamos pidiendo que fuera Sherlock Holmes pero sí que se hubiera dado cuenta de que aquí había mucha gente que no estaba actuando bien. De una parte, el propio presidente Uribe -el que para la gran mayoría de colombianos es un hombre frentero, franco y transparente- guardó absoluto silencio ante la lluvia de comerciales en todos los medios de comunicación en los que se usa su voz, su imagen y hasta sus logros de gobierno de parte de los más disímiles aspirantes. Tal como hizo en las elecciones del 2006 en donde cada miembro de la familia uribista se autodefinía como el heredero natural de Uribe.
Y, de otra parte, están los candidatos que pese a sus monumentales diferencias, coinciden en su publicidad que están hechos por materia ciento por ciento uribista.
Los ejemplos sobran. Ahí están Roy Barreras (a quien Uribe llama en la radio un demócrata), Juan Carlos Vélez (el que aparece abrazando a Uribe con poncho y sombrero en los afiches), Lucero Cortés (la que lloró cuando se hundió el referendo pero paradójicamente la primera en organizarle un sentido baile de despedida), Alfonso López (el hijo de ‘la Gata’ que dice que él como su mamá jamás dejarán de ser uribistas), Jorge Visbal (uribista con investigación preliminar de la Corte Suprema de Justicia) y Astrid Sánchez (hermana del ex representante Odín Sánchez, detenido por parapolítica), solo por mencionar algunos casos de los aspirantes al Congreso que se declaran en su propaganda los auténticos uribistas.
Para la Presidencia la cosa es igual. Son una constante los halagos de Uribe a Juan Manuel Santos, a Andrés Felipe Arias y, por supuesto, ahora a Angelino Garzón, vice de Santos. Ellos, entre tanto, confirman la relación. En la galería fotográfica de la publicidad de la U, por ejemplo, está Uribe con Santos; y Arias no tiene ningún problema en decir que él es “el del presidente!”.
Nada de esto es una revelación. Al contrario, desde que arrancó la campaña los colombianos nos despertamos y nos acostamos viendo por cuanto medio existe este fenómeno. Por un segundo pensemos ingenuamente y vamos a darle el beneficio de la duda al CNE: pueda que allí no lean periódicos, que no escuchen radio, que no miren televisión. Pero, ¿y las vallas, los pasacalles? Allí están a la vista de todos en las principales avenidas de las ciudades. Solo hay que salir a la esquina para verlas. A no ser que estuvieran profundamente dormidos y solo en este momento los miembros del CNE, por fin, ¡aleluya!, abrieran los ojos. Eso no justifica que ni siquiera tomó una decisión sino que anunció una “investigación preliminar” cuando ya no sirve para nada porque a esta hora vamos camino a las urnas y la publicidad ya hizo su efecto. Por eso, mejor, vuélvase a dormir.?