“Nos están facilitando llamadas virtuales, pero es como si nos estuvieran diciendo despídanse de sus familias porque va a ser el único medio que van a tener”, nos contó una presa de la cárcel el Buen Pastor. “Nos están condenando a pena de muerte, con diplomacia pero lo están haciendo”, nos dijo otra persona en la cárcel de Cúcuta. 

Y en Villavicencio, donde ya todo estalló, porque hay 78 presos y 13 guardias infectados, todo indica que el virus entró por la comida. “Ellos fueron las personas que preparaban los alimentos en la cárcel, los llamados rancheros acá que trabajan para el consorcio. Ahí empezó el círculo vicioso y se contagiaron todos”, nos dijo Johan Steven Alarcón, un guardia de esa cárcel.

Mientras el virus avanza, con el Fiscal General pensando que excarcelar a los presos que se necesita para acabar el hacinamiento es más peligroso que el virus y el Gobierno tratando de implementar un decreto que a lo sumo sacaría a 4 mil presos, que así se vive la pandemia en las cárceles. 

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Es asesor senior en la alianza Numo y fundador de Despacio.org. Estudió psicología y planeación. Sus áreas de intéres son transporte, tecnología, desarrollo urbano y cambio climático.

Historiador. Politólogo. Coordinador de La Silla Llena. @ebricenof

Colombo- venezolana. Estudiante de Relaciones Internacionales.

Periodista y politóloga. Soy cofundadora e investigadora de la Fundación Conflict Responses, CORE, que busca investigar, entender mejor e incidir en lo que ocurre en el campo colombiano en cuanto a la violencia, la paz, movimientos sociales y el medio ambiente. En La Silla Vacía cubrí por cuatro...