Nació el 26 de mayo de 1990 en Piedecuesta, Santander, en una familia de clase media. Es egresado del colegio Humberto Gómez Nigrinis de Piedecuesta y de allí salió técnico en gestión empresarial y asesoría comercial.
Estudió administración de empresas en la Universidad Cooperativa de Colombia. Es perito avaluador certificado por la Lonja de Propiedad horizontal.
Arrancó su vida laboral en el sector de finca raíz después de vender seguros puerta a puerta.
Cuando tenía 20 años, fue uno de los jóvenes que surfeó en Santander la ola verde de Antanas Mockus (segundo candidato con más votos al Senado en 2018 -más de 536.000-, después de Álvaro Uribe Vélez), cuando fue candidato presidencial.
Estuvo en las multitudinarias marchas de 2011 contra la minería a gran escala en Santurbán que quería hacer la canadiense GreyStar, que terminó renunciando a la posibilidad de explotar a mediados de 2019.
Desde entonces ha sido un activista en defensa de ese páramo y también se ha sumado a causas animalistas.
Su debut en la política electoral fue en 2015 cuando fue candidato verde al Concejo de Piedecuesta y, según le dijo a La Silla, se gastó un millón de pesos que le prestó el papá.
Hizo campaña recorriendo el municipio con un girasol gigante que se colgó en la solapa de la camisa, una capa verde y zancos, algo que sabía hacer porque desde los 8 años hace parte de una escuela de artes de Piedecuesta.
Al cierre de las urnas contabilizó 682 votos y fue la segunda votación de la lista verde, pero se quemó.
En esas elecciones apoyó al liberal Danny Ramírez, quien resultó elegido en buena parte sobre los hombros de la maquinaria local, y quien recibió el respaldo oficial de los verdes, y al entonces candidato a la Gobernación Leonidas Gómez.
Tras esa elección recibió un contrato de prestación de servicios en esa Alcaldía -estuvo parte de 2016 y de 2017 en la oficina de control interno- y a la par siguió haciendo actividades y participando en marchas vestido con el girasol, los zancos y la capa.
Además, participó en la recolección de firmas para bajarle el sueldo a los congresistas y luego para la consulta anticorrupción de las senadoras verdes Claudia López y Angélica Lozano. Según los cálculos del partido, solo él puso alrededor de 35 mil firmas.
Durante el proceso de recolección se acercó a los administradores de la página de Facebook ‘Operación Tránsito Bucaramanga’, creada en 2012 con la idea de denunciar las irregularidades de la Dirección de Tránsito y que, con el tiempo, se convirtió en el centro de denuncias ciudadanas del área metropolitana de Bucaramanga.
Fabián Díaz entró a última hora a la lista de Alternativa Santandereana, la coalición que armaron en Santander el Polo, los verdes y la ASI para competir por la Cámara.
Su llegada obedeció a que Sergio Prada Marín, un odontólogo que por varios años ha militado en los verdes en Santander, que renunció el día en que se vencía el plazo para modificar las inscripciones en la Registraduría.
Durante su campaña, el impulso que ‘Operación Tránsito Bucaramanga’ le dio en redes sociales fue clave.
La lista de Alternativa Santandereana dio dos sorpresas en las urnas: fue la tercera lista a la Cámara más votada del departamento con 71 mil votos (lo logró sin maquinarias) y Fabián Díaz alcanzó 19.953 votos (18 mil de ellos en el área metropolitana de Bucaramanga) y se quedó con la curul.
Entró a la Comisión Séptima, que es la que se encarga de todo lo relacionado con el estatuto del servidor público, el trabajador particular y asuntos de la mujer y la familia.