Felipe Bayón Pardo

Felipe Bayón Pardo

Presidente de Ecopetrol

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Para el presidente de Ecopetrol, la empresa más grande del país y una de las petroleras más importantes del continente, ser petrolero no estaba entre sus planes.

Felipe Bayón es ingeniero mecánico de la Universidad de Los Andes, y estudió su carrera con la idea de trabajar en el sector automotriz, pues su papá fue presidente de General Motors en Colombia.

Pero en 1989, cuando se graduó, decidió aceptar un puesto de ingeniero que le ofrecieron en la petrolera colombiana Hocol, que era de propiedad de la holandesa Shell. Estuvo ahí hasta 1995, cuando empezó su carrera en la británica BP, donde estuvo más de 20 años y pasó por varias posiciones directivas.

Fue vicepresidente de operaciones de la petrolera en Colombia, después se lo llevaron como Director de la oficina Ejecutiva para la Exploración y Producción de la casa matriz y entre 2005 y 2010 ocupó los cargos de Presidente Regional para el Cono Sur, donde manejaba las operaciones de la petrolera en Argentina, Bolivia, Uruguay, Perú, Chile y el sur de Brasil y vicepresidente Senior de BP América.

Después del derrame de petróleo en el golfo de México en el pozo Macondo en 2010, considerada como una de las peores emergencias ambientales de la historia, BP trasladó a Bayón a Houston, como Director del Grupo de Respuesta de Aguas Profundas. Allí tuvo la responsabilidad de compartir las lecciones aprendidas del accidente en la empresa y con la industria, que hoy hace los pozos de aguas profundas con más medidas de seguridad.

Su primer acercamiento con Ecopetrol fue en 2015, cuando la la junta directiva de la petrolera colombiana contrató a la firma cazatalentos Egon Zehnder para buscar el reemplazo de Javier Gutiérrez Pemberthy, quien salía de la presidencia de la compañía en la que estaba desde 2003.

Entre los cinco finalistas que le entregó la firma a la junta estaba Bayón, que tenía la ventaja frente a los otros cuatro de conocimiento a fondo del negocio petrolero pero pintaba con pocas opciones, porque el nombramiento de Juan Carlos Echeverry estaba cantado porque venía del Gobierno (tres miembros de la junta habían sido sus compañeros de gabinete) y porque la crisis de precios del petróleo pedía una cuchilla para reestructurar la empresa.

Echeverry asumió el cargo y buscó a Bayón para que fuera su segundo al mando y lo ayudara a fortalecer el equipo en lo técnico, como vicepresidente ejecutivo.

En ese cargo, Bayón cumplió con lo prometido: se llevó al equipo a duros de Chevron, BP y Repsol, estuvo a la cabeza de la vicepresidencia de ingeniería y proyectos para unificar los procesos en todo el país con estándares de seguridad altos y reducir los costos de producción de cada barril en una tercera parte.

Esto fue clave para que durante lo peor de la crisis del petróleo, la empresa no perdiera tanta plata.

Por eso, cuando en 2017 Juan Carlos Echeverry anunció que renunciaría por motivos personales, la junta eligió a Bayón para sucederlo.

Asumió el liderazgo en la empresa cuando el precio del petróleo se había estabilizado por encima de los 50 dólares, y ya podía producir cada barril a un costo de menos de 8 dólares, sin contar el costo de transporte y regalías.

Su estilo de gerencia es muy distinto al de Echeverry, conocido por su temperamento fuerte. Esto le ha permitido tener relaciones cordiales incluso con algunos líderes del movimiento antifracking, que se han opuesto a los proyectos que quiere hacer Ecopetrol en el Magdalena Medio, y con el Gobierno tanto de Juan Manuel Santos como de Iván Duque.

También que la Ministra de Minas y Energía del Gobierno Duque, María Fernanda Suárez, lo conoce porque trabajó con él como parte de los directivos que Echeverry llevó a Ecopetrol.

Como presidente de Ecopetrol ha enfrentado un entorno difícil para las petroleras, con un relacionamiento tenso en las comunidades que rechazan la actividad extractiva, como se notó en una oleada consultas populares, acuerdos municipales (que el Consejo de Estado frenó a finales de 2018) y acciones de tutela en contra de proyectos petroleros.

Ante eso, ha buscado llevar a Ecopetrol a otros países: fortaleció y reestructuró su sucursal en Estados Unidos y se alió con otras petroleras grandes para licitar por campos petroleros en Brasil y México.

En agosto de 2019 firmó uno de los negocios más grandes en la historia de Ecopetrol, una alianza con la petrolera gringa Occidental para hacer fracking en Estados Unidos. El negocio es de 1.500 millones de dólares y que aumentará en 10 por ciento las reservas de la petrolera. 

Otra vía de diversificación fue incursionar en la energía solar en Colombia, con la meta inicial de instalar paneles solares en los campos para bajar el costo de la energía que se necesita para producir petróleo y gas.

También enfrentó el afloramiento de petróleo en La Lizama, cerca a Barrancabermeja, cuando se derramaron 550 barriles (17.000 galones) durante cuatro días, cuando Ecopetrol no tenía actualizados sus protocolos de respuesta y no reaccionó rápido.

Aunque un informe de la ONU concluyó que la empresa hizo lo que podía hacer, la Procuraduría le abrió una investigación a Ecopetrol, a Bayón y a Echeverry que aún no ha concluido.

A pesar de que Bayón se mantuvo en el cargo durante el primer semestre del gobierno de Gustavo Petro, en enero del 2023 anunció su retiro del cargo para finales de marzo de ese año. Dentro de Ecopetrol, el presidente Petro tiene aliados fuertes en la Junta Directiva --como Saúl Kattán que se convirtió en su director en noviembre de 2022-- y suena Ricardo Roa, exgerente de campaña del presidente, para su reemplazo. 

 

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En 2015 cuando seleccionaron a Echeverry como presidente de Ecopetrol, éste lo llamó para que fuera su segundo al mando.