Gabriel Santos García es un político bogotano que nació el 24 de febrero de 1990. Actualmente es representante a la Cámara por Bogotá con el Centro Democrático.
Viene de una familia tradicional de políticos y periodistas. Es uno de los cuatro hijos del exvicepresidente y embajador en Estados Unidos, Francisco Santos Calderón; nieto de Hernando Santos Castillo; bisnieto de Enrique Santos Montejo, senador del Partido Liberal, periodista de El Tiempo y hermano de Eduardo Santos, dueño de El Tiempo y presidente de Colombia entre 1938 y 1942.
Santos es esposo de María Claudia Naranjo, hija del general retirado de la Policía y exvicepresidente Óscar Naranjo.
Vivió parte de su infancia y adolescencia en Estados Unidos y España, exiliados por amenazas y secuestros contra su familia. A Francisco, su papá, lo secuestraron poco después de que él naciera y lo volvieron a amenazar cuando volvió de Estados Unidos para hacer activismo en contra del secuestro y en favor de lograr la paz con las guerrillas
En España vivió desde 2000 hasta 2002, cuando Álvaro Uribe ganó las elecciones presidencial en fórmula con su papá, quien pasó a ser vicepresidente.
En 2011 entró a estudiar derecho en la Universidad de los Andes, y mientras estudiaba trabajó en Holland & Knight, una firma de abogados multinacional que acababa de llegar a Colombia. Empezó traduciendo manuales de servicio y luego trabajó en temas de derecho corporativo.
Dos años después pasó a Gómez Pinzón Zuleta, una de las firmas más grandes del país y en la que trabajó en temas de hidrocarburos en los llanos orientales.
Cursó hasta noveno semestre de derecho mientras trabajaba, y hasta 2020 no se había graduado.
En 2006 tuvo sus primeros pinos electorales, pues acompañó a su papá en la campaña reeleccionista en eventos de juventudes uribistas en Bogotá, pero su primer fuerte fue en 2015, cuando su papá fue candidato uribista a la Alcaldía.
Allí fue asesor organizando los recorridos y preparando los debates, como militante que era del Centro Democrático.
Después de que su papá se quemó, el representante uribista Samuel Hoyos le ofreció irse a coordinar su UTL en la Cámara y a asesorarlo en temas jurídicos. Santos aceptó pensando en una posible candidatura.
En ese paso por el Congreso, Santos estaba en el radar de Uribe por ser hijo de su vicepresidente y porque más de una vez trabajó con él, porque Uribe buscaba a miembros de varias UTL de los congresistas de su partido para que le ayudaran con investigaciones y proyectos de ley.
Al año siguiente hizo campaña al No en el plebiscito con el resto del partido, aunque no fue muy visible ya que que no tenía un mayor liderazgo.
En 2017 renunció a la UTL cuando Uribe le dijo a ‘Pacho’ que necesitaba renovar las listas y le ofreció un lugar a Gabriel en la lista a la Cámara por Bogotá.
Como candidato fue cercano a la senadora antioqueña Paola Holguín, sin armar una fórmula única; pese a ser primerizo, quedó elegido con 22.445 votos. Hoyos también, con más de 40.500 votos.
“Eran rivales en esas elecciones porque competían por el mismo nicho político”, dijo a La Silla Vacía un miembro del Centro Democrático cercano a Santos.
Mantuvieron la cercanía, e incluso en 2019 Santos apoyó la precandidatura de Hoyos a la Alcaldía de Bogotá.
Pero Santos no fue muy activo en las campañas regionales, aunque en la recta final le hizo campaña a Juan Pablo Echeverry, exedil de Chapinero que quería dar el salto al Concejo pero que se quemó.
Es de la línea más liberal dentro del uribismo y eso le ha traído problemas, como cuando, en septiembre de 2020, apoyó un proyecto de ley para liberalizar el consumo de cannabis recreativo, pues la postura oficial del Centro Democrático era hundirlo.
Inicialmente votó a favor y luego en contra, por disciplina de partido; pero más de una vez se ha pronunciado públicamente a favor de la legalización de las drogas.
Además del tema de drogas, en el Congreso se ha movido en otros como salud, Bogotá, economía y trabajo.
Fue ponente de un proyecto para fortalecer la donación de órganos (se hundió); coautor de la ley de la Región Metropolitana de la Sabana de Bogotá (ya es ley); autor de un proyecto para crear una licencia parental compartida (en trámite) y de uno para regular la compra de criptoactivos (se hundió).
También ha acompañado iniciativas de otros congresistas que no puede presentar por el costo político, como el de la eutanasia de Juan Fernando Reyes Kuri del Partido Liberal y legalizar plataformas digitales de movilidad de Mauricio Toro.
Varios militantes le han pedido la renuncia al Centro Democrático, pero no las directivas.
A pesar de esas peleas, Santos le dijo a La Silla Vacía a fines de 2020 que no piensa salir del partido, sino quedarse para “hacer crecer una línea moderna de centro-derecha que defienda las libertades individuales”.
También dijo que tiene pensado repetir en Cámara en 2022, y que no descarta llegar al ejecutivo.
”Creo que cuando uno logra tener ese conocimiento, pues ya puede buscar hiperespecialización desde el ejecutivo donde uno ya puede ejecutar”, dijo Santos. “La lectura que yo hago es que quiere ser presidente, pero no lo dice públicamente”, dijo una fuente de su grupo político.