La vallecaucana María Fernanda Cabal Molina es una senadora y precandidata presidencial del Centro Democrático.
Es politóloga de la Universidad de los Andes y nació en una tradicional familia vallecaucana que fue durante más de un siglo dueña del ingenio azucarero Pichichí.
Después de graduarse de la Universidad trabajó en la fundación gringa Kettering, que inventó el sistema de “foros de deliberación pública”, que ella luego trajo a los Andes y que ha dirigido F. David Mathews, el exsecretario de Educación y Salud del expresidente republicano Gerald Ford. Después de eso trabajó en el sector privado, con su agencia de viajes estudiantiles Student Travel Center.
En el 2006 llegó a la Fiscalía General como directora de asuntos internacionales, nombrada por el fiscal general Mario Iguarán para encargarse de temas como la cooperación internacional en materia judicial. Renunció un año después a raíz del escándalo que se armó por su cuestionamiento de la decisión de un fiscal de derechos humanos de vincular a 69 militares al proceso judicial por la masacre de San José de Apartadó y porque desde su oficina se filtró un informe interno del caso al Ministerio de Defensa.
En 2007 creó la Fundación Colombia Ganadera (Fundagán), el brazo social del gremio ganadero Fedegán -dirigido por su esposo José Félix Lafaurie– que se ha dedicado a ayudar y visibilizar a las 10 mil víctimas del sector ganadero, uno de los más golpeados por el conflicto y de los menos reconocidos públicamente. Desde la fundación creó programas como “Una vaca para la paz” -que emula una iniciativa de la fundación gringa Heifer –y el programa para asesorar a las víctimas ganaderas sobre la Ley de Víctimas.
En 2013 Cabal se convirtió en la cabeza de la lista cerrada del Centro Democrático a la Cámara en Bogotá, que fue la más votada con 319 mil votos y logró cinco curules.
Rápidamente se convirtió en una de las figuras más visibles del uribismo, conocida por sus trinos irreverentes (como el que “envió” al infierno al recién fallecido Gabriel García Márquez) y por defender la idea de que la historia colombiana está mal escrita al olvidar las masacres de grupos guerrilleros como las Farc y el ELN.
En 2018 saltó de la Cámara al Senado con una votación de 38 mil votos, la quinta más alta del Centro Democrático.
Desde esa curul mantuvo su misma línea de derecha radical y en 2021 anunció su precandidatura presidencial por el uribismo, para competir por el aval, por medio de encuestas, con Óscar Iván Zuluaga, Rafael Nieto, Alirio Barrera y Paloma Valencia.