Más allá de las disputas locales que ocupan el diario vivir de los colombianos, el mundo avanza hacia lo que algunos califican como el proceso de automatización más radical que se ha vivido en la historia de la humanidad.
Por: Jorge Tovar
Más allá de las disputas locales que ocupan el diario vivir de los colombianos, el mundo avanza hacia lo que algunos califican como el proceso de automatización más radical que se ha vivido en la historia de la humanidad. Mientras en Bogotá los taxistas protestan contra el servicio ilegal de Uber, en California están rodando taxis sin conductor orientados a servir una comunidad de retirados, en Nueva York se preparan para realizar pruebas en 2018 y en Dubai están trabajando para implementar los taxis que vuelan. En el mundo choferes de taxi y Uber eventualmente se quedarán sin trabajo.
Amazon recientemente estrenó su primera tienda Amazon Go. La idea general es que el consumidor entre a una tienda, tome los productos que desea y salga sin pasar por caja. Según explica Amazon, mediante una combinación de sensores de visión, fusión y aprendizaje profundo, lo único que requiere el cliente es una cuenta de Amazon y un teléfono inteligente. Hace unos meses Amazon compró Whole Foods una importante cadena de supermercados con más de 450 tiendas repartidas por los Estados Unidos. Recientemente directivos de Amazon revelaron lo que todo el mundo sospechaba: Las tiendas físicas serán un gran centro de alta tecnología al servicio de la venta de comida. El número de trabajadores requeridos seguramente será menor.
La automatización no sólo va a tocar el transporte y el comercio. La agricultura irá más allá de la industrialización que en los países desarrollados lleva operando hace décadas. En 1972, ante una cosecha fallida, los Estados Unidos vendieron a la Unión Soviética 10 millones de toneladas de granos (trigo y maíz principalmente). Pero la cosecha no sólo se había perdido en la Unión Soviética. Los Estados Unidos incapaces de ver la escasez global, estaban vendiendo su grano, fuertemente subsidiado, a los soviéticos. Al poco tiempo el precio de los diferentes granos alcanzó precios históricamente altos. El gobierno de los Estados Unidos reconoció la ceguera con la que había trabajado e involucró a la NASA que desde entonces hace un seguimiento satelital de la oferta global de grano. Los agricultores estadounidenses han gozado por casi 50 años de una enorme herramienta tecnológica para saber dónde, cuándo y cómo cultivar sus productos. La inteligencia artificial y el machine learning está ad portas del sector agrícola, yendo mucho más allá de lo existente: los agricultores podrán monitorear con alta frecuencia y gran detalle sus cultivos. Los tractores autónomos, drones, y programas para optimizar el proceso de producción ya están aquí.
Todos estos procesos han llevado a visiones fatalistas sobre el futuro. La consultora McKinsey & Company reportó recientemente que sus estudios indican que alrededor del 30% de las actividades laborales en el 60% de las ocupaciones serán computarizadas. Es importante entender estos conceptos. Un trabajador realiza diferentes actividades y no necesariamente todas sus actividades serán computarizadas, al menos en un futuro relativamente cercano. De ahí que lo que reporta McKinsey no es que el 60% de las ocupaciones vayan a desaparecer, sino que un buen número de las actividades que realizan quienes trabajan en esas ocupaciones, serán computarizadas y ya no será necesario que humanos las desarrollen. Esto, como indica el economista jefe del Banco de Inglaterra, tendrá un costo en mano de obra. Las proyecciones realizadas en el Banco de Inglaterra indican que 15 millones de empleos se perderán en el Reino Unido y 80 millones en los Estados Unidos.
La pérdida de empleo viene asociada a un incremento en la productividad. McKinsey en el estudio mencionado anteriormente afirma que se incrementará entre 0.8% y 1.4%, más que lo que aumentó en las diferentes fases de desarrollo desde la revolución industrial. Algunos, como Aghion, Jones y Jones, profesores de College de France, Northwestern y Stanford respectivamente sugieren que bajo ciertas condiciones, aún con completa automatización en el sector manufacturero y agrícola, la participación del trabajo en el crecimiento económico seguirá siendo sustancial. Es decir, ellos sugieren que hay futuro para la mano de obra. En cualquier caso, la economía y la sociedad van a cambiar.
Colombia, ¿en qué está en el tema de la automatización? El proceso nos pegará al menos por dos caminos. En primer lugar el incremento en la productividad nos rezagará aún más de lo que ya estamos. En segundo lugar, en la medida que la automatización llegue a Colombia, ¿cuál es el plan para manejar sus indudables efectos de corto plazo?
Los bienes primarios que exportamos, sean agrícolas o mineros, son y serán producidos con evidentes rezagos de productividad. ¿Cómo competir si la visión del sector agrícola que se proyecta actualmente es la del campesino con un pequeño lote de tierra? El acuerdo de paz, por ejemplo, habla de formalizar la pequeña y mediana propiedad rural, de declarar inalienable las tierras por periodos de hasta siete años. ¿Cuál es la estrategia para que estos pequeños campesinos compitan ante gigantes que se asocian e invierten en tecnologías que cada vez mejoran la productividad? Mientras en Colombia aún se discute la viabilidad de vías terciarías, en el mundo se piensa en tres dimensiones.
El campo es fundamental, pero quizás haya que comenzar a pensarlo como elemento para la seguridad alimentaria de una población que, en su mayoría, no es rural. No en vano ya dejó de ser noticia los problemas que tienen los cafeteros para encontrar recolectores de grano. La noticia reciente era que inmigrantes venezolanos son este año la “oferta más abundante para esta cosecha que ya arrancó”
En Colombia cerca del 77% de la población es urbana (proyectada a 84% en 2050 por Naciones Unidas). Es particularmente relevante la cifra en este contexto por los altos niveles de informalidad que ya hoy se manejan. El director del Banco de Inglaterra afirmaba que uno de los efectos de los procesos de industrialización era el incremento del subempleo. Colombia habrá de enfrentarse al proceso de automatización en un escenario de alta informalidad y subempleo.
¿Qué hacer? Algunos hablan de implementar un salario universal básico como se ha probado en Finlandia. Pero, en un país altamente desarrollado como Finlandia, el experimento aún tiene un largo camino por recorrer para demostrar que es una solución viable. Más importante para el caso local, es que cualquier acción que las naciones avanzadas implementen, no será de inmediato que Colombia esté en condiciones de implementar soluciones parecidas.
No es claro el camino a seguir. El debate académico y político sobre los efectos de la automatización apenas está comenzando. Pero Colombia debe participar activamente porque las circunstancias del mundo en desarrollo son diferentes y la estrategia que eventualmente diseñen en el Norte seguramente no será aplicable directamente al caso local. Más importante aún, posponer el debate hasta que la automatización nos invada, directa o indirectamente, sería un error de carácter histórico.
Cuando pasemos de precandidatos a candidatos, sería útil comenzar a pensar en la Colombia de largo plazo, la que va más allá de los próximos 8 meses, e incluso de los próximos cuatro años.
Nota final: La BBC tiene una página Web donde puede conocer la probabilidad de que un robot le quite el trabajo. Está calibrado para el Reino Unido, pero satisface la curiosidad. http://www.bbc.com/news/technology-34066941