Por Raquel Bernal
 
Me gustaría compartir una angustia existencial que tengo desde que me devolví a Colombia. Se trata de la peculiar cultura ciudadana que nos caracteriza a los colombianos, o más bien la falta de cultura ciudadana. Tengo la percepción de que somos individuos a los cuales no les importa el bienestar del prójimo en lo más mínimo. A diario, nos vemos enfrentados en el tráfico, en las filas, en los bancos, en los centros comerciales con gente que es desconsiderada, irrespetuosa y hasta grosera. El típico personaje que parquea en la séptima, la quince, la once o cualquier avenida importante causando un monumental trancón… pero mientras tenga las luces de parqueo puestas, supone que su acción es correcta. Hace un tiempo, subía por una calle que es usualmente desocupada y había como dos cuadras de trancón. En el semáforo me di cuenta que había un carro mal parqueado bloqueando todo el tráfico. Al pasar por el lado, le dije al personaje que estaba causando mucho trancón, que por qué no se parqueaba mejor a la orilla del andén. Se bajó y le comenzó a darle golpes a mi carro. Inmediatamente me di cuenta que era uno de mis estudiantes.
 
Lo mismo sucede con la gente que no respeta las filas, que no deja pasar a los peatones en las esquinas y al contrario, se pegan al pito, los que piensan que están en una pista de carreras en las ciclovías de los domingos, los que llegan media hora tarde a las reuniones, los que cancelan las reuniones cinco minutos antes de la hora acordada, los que se pegan al celular en mitad de una reunión, los pasajeros de buses que jamás se ofrecen a cederle el puesto a una mujer embarazada o con bebé, y podría continuar la lista. Esto es, en contraposición, a ciudades en donde he vivido en donde percibía mucha consideración entre las personas: respeto por el tiempo de otros, por el trabajo, por los turnos, por el peatón, por los ancianos y las mujeres.
 
Me pregunto constantemente cuál es la razón de estos comportamientos.  ¿En qué nos estamos equivocando? ¿Será que en otras ciudades, la gente siente que la probabilidad de pagar alguna penalidad por malos comportamientos (como parquearse mal, no dejar pasar a los peatones, etc.) es más alta que aquí? ¿O es un problema de nuestro sistema educativo? ¿O es un problema en la manera en que estamos criando a nuestros hijos?  Como veo que incluso las personas más educadas de este país también presentan estas conductas indeseables, pienso que tal vez no es exactamente la educación. Probablemente se requiera de un cambio generacional, y que los padres de esta época estemos dispuestos a darle un ejemplo diferente a nuestros hijos: a respetar al vecino, a respetar al peatón, a respetar al profesor, a no jugar al vivo y al que puede salirse siempre con la suya a pesar de lo que le pase al del lado. En fin, me gustaría entender si desde el punto de vista de política pública, habría algo que pudiéramos hacer para ser unos ciudadanos más conscientes, que mejoremos el bienestar de esta sociedad.