El futuro está en sus manos… ¿pero qué quieren hacer con él?
Por Andrés Álvarez
Se ha puesto de moda preguntarle a la gente su opinión sobre todo. Sondeos internacionales, unos más serios que otros, se producen con regularidad y ya son insumo para los académicos más serios en ciencias sociales. Los economistas, ni cortos ni perezosos en su afán por explicar lo divino y lo humano, nos interesamos por estas preguntas subjetivas. Algunas que han “mojado” la prensa nacional se refieren por ejemplo a la felicidad de las personas, y hace algunos años se presentó un resultado que para algunos es inesperado: ¡somos el segundo país más feliz del mundo! Esto me recuerda al otro cliché de hace algunas décadas: ¡tenemos el segundo himno nacional más lindo del mundo! Pero, el problema aquí es que el dato, por más subjetivo que parezca, es en realidad objetivo: eso es lo que la gente piensa… y nadie sabe mejor sobre sí mismo, que sí mismo (Primera ley sicológica fundamental del economista lambda).
Entonces, con algunas dudas al respecto, me acerque a estos sondeos internacionales llenos de preguntas que me parecían más o menos interesantes. La verdad encontré mucho más de lo que esperaba. En particular, en una encuesta realizada a finales del año pasado, en 25 países del mundo, se revelan datos muy significativos y sorprendentes sobre la visión del mundo que tiene los jóvenes (hablo de los rangos entre 16 y 29 años). Una mirada general de la encuesta pone en evidencia algo que yo llamaría el “proyecto de sociedad” que tienen los jóvenes de esos países y la forma en que las experiencias políticas y económicas recientes de sus sociedades moldean éste proyecto.
Un primer rasgo significativo de esta encuesta muestra que los jóvenes de los llamados BRIC (Brasil, India y China) se creen ya los dueños de la economía mundial en los próximos años y que las tradicionales potencias económicas ya se ven relegadas. Ante la pregunta sobre si el futuro de su país “pinta bien”, los jóvenes responden afirmativamente así: 83% en India, 82% en China, 72% en Brasil. Contrastando de manera significativa con el pesimismo del viejo continente: 25% en Alemania, 20% en España, 17% en Grecia y 17% en Francia. Incluso en Estados Unidos a penas el 37% de los jóvenes creen que el futuro del país pinta bien. Estas ideas son además reforzadas cuando se les pregunta a los jóvenes sobre si ven la mundialización económica como una amenaza o una fortaleza. Los jóvenes de los BRIC la ven mayoritariamente (alrededor de 86% en promedio) como algo positivo, mientras que alrededor del 63% (en promedio) de los jóvenes europeos y americanos ven la mundialización como una oportunidad.
En segundo lugar, estos datos acerca del futuro contrastan, mostrando diferencias interesantes cuando se trata de mirar la situación presente. Por ejemplo, cuando se les pregunta a los jóvenes si están satisfechos con su situación financiera actual, responden positivamente: el 55% en India, el 45% en Francia, el 40% en Alemania, el 40% en Estados Unidos, el 38% en Brasil y el mismo 38% en China. Con excepción entonces de la India, donde según ha aparecido en otras encuestas similares (por ejemplo en el World Values Survey) las personas tienden a ser más conformistas con sus situaciones, los países tradicionalmente más ricos reflejan una mayor satisfacción con el presente económico que en los BRIC.
Lo tercero, y más interesante, es la visión sobre el tipo de sociedad que quieren y el reflejo del tipo de valores en que viven los jóvenes. Mientras que para los jóvenes en Estados Unidos prefieren pagar lo menos de impuestos posible (72%) frente a la alternativa de tener un mejor sistema de bienestar social (27%), en China la relación se invierte (86% más bienestar social y 13% menos impuestos). Sobre este aspecto la India y el Brasil se asemejan a la China con una convicción menos fuerte en el estado de bienestar (66% para Brasil y 72% para la India). Estos últimos datos se acercan mucho a las convicciones de los países europeos con mayor tendencia a un Estado de Bienestar como Alemania y Francia.
Más fuerte aún es el contraste entre la preferencia de los jóvenes de los BRIC con respecto a una mejor repartición de la riqueza frente a la alternativa de una mayor recompensa al esfuerzo individual. Mientras que para los jóvenes estadounidenses es preferible la recompensa individual (65%), para los chinos es mejor una repartición equitativa (52%) al igual que para los brasileros (63%). Estos aspectos muestran que la juventud de los BRIC no necesariamente ve en el modelo americano el mejor mecanismo para asegurar su futuro. Creen compatible el crecimiento con un Estado de Bienestar.
Finalmente, mencionaré uno de los datos más sorprendentes de esta encuesta. Los jóvenes de China, Brasil e India están más preocupados por los problemas como el cambio climático, la contaminación y en general las cuestiones de ecología que los mismos europeos. Una esperanza entonces para el planeta con estos nuevos dueños más conscientes con el medio ambiente y porque no con las desigualdades. Pero para no pecar de Cándido, quiero terminar diciendo que es mejor pensar “amanecerá y veremos”.