Por: Oskar Nupia
La OCDE es un “club” de 34 países con un rango amplio en su nivel de desarrollo económico, pero, en general, relativamente desarrollados. Tan solo un indicador: Los países del “club” que poseen menor PIB per-cápita son México (US$ 15.204), Chile (US$ 15.064) y Turquía (US$ 15.320). Luego vienen algunas economías de Europa del Este que poseen un PIB per-cápita por encima de los 20 mil dólares y luego las asiáticas, europeas y USA, con PIB per-cápita por encima de los 30 y 40 mil dólares. El PIB per-cápita de Colombia es apenas US$10.103.
La aspiración del Gobierno Central colombiano de entrar a este “club” parecería ser una estrategia para enviar una señal al mundo y a los ciudadanos del país de que somos una economía (casi) desarrollada ¿Lo somos? ¿Estamos preparados para entrar a la OECD? ¿Nos aceptaran en el club? La respuesta a todo esto de momento es “no”. Para entrar al club deberíamos hacer muchos cambios, los cuales, independientemente de que entremos o no en la OCDE, nos favorecerían mucho. Como explicaré a continuación, muchos de estos cambios, en últimas, implican un cambio profundo en el comportamiento y las preferencias de nuestra clase política ¿Cómo lo lograremos?
Miremos qué necesitamos cambiar para entrar al “club” (El informe de la OECD se puede encontrar aquí). Los desafíos están en tres áreas:
1. “Adaptarse a la coyuntura alcista de las materias primas.” Los de la OECD están preocupados por el efecto que tenga el crecimiento del sector minero sobre los demás sectores (fenómeno conocido como “enfermedad holandesa”). Les llama la atención la reforma de las regalías, pero hacen énfasis en lo que todos sabemos que se debe hacer: que estos recursos sean bien invertidos, particularmente en educación e infraestructura de alta calidad. En últimas, sin que el informe lo diga, debemos tener políticos nacionales y regionales que no se roben el dinero de las regalías y que lo inviertan bien. También necesitamos contratistas eficientes ¿De dónde los sacamos?
2. “Reducir la desigualdad de los ingresos.” Nuestra mayor vergüenza como país. La OECD sugiere reformas laborales (como reducir las altas contribuciones a la seguridad social y los impuestos parafiscales a la nomina) y fiscales (como tener un sistema impositivo sin tantas exenciones y más progresivo). La lucha contra los parafiscales sobre la nomina en Colombia lleva más de diez años y hasta ahora, con la última reforma tributaria, se logrará eliminar parte de estos ¡Un gran avance! Sin embargo, la parafiscalidad correspondiente a las Cajas de Compensación ni se planteó en la reforma ¿Por qué? Porque es un fortín político que se usa en las regiones y ningún congresista “patearía su lonchera”. En cuanto a una mayor progresividad de nuestro sistema impositivo, hay que ver los problemas que surgen en el congreso cada vez que se les toca los intereses a algún gremio amigo. De nuevo, sin que el informe lo diga, deberíamos tener políticos nacionales que aparten sus intereses económicos personales, que permitan aprobar leyes de beneficio general y que permitan tener un sistema tributario más progresivo (en el cual, los que más tenga contribuyan más). Lindo ejemplo el de la salud pre-pagada: les bajaron el IVA del 10% al 5% y éstas subieron sus precios en más del 20% ¡negocio redondo!
3. “Impulsar la productividad e implementar nuevas reformas para un crecimiento sostenible.” Aquí, los de la OCDE vuelven al tema de mejorar la educación y la infraestructura, y tratan otros temas importantes como el acceso a la financiación. Sobre este tema hablaré más adelante en otra entrada, pero al menos las dos primeras recomendaciones vuelven a pasar por tener políticos honestos y con preferencias fuertes por el bien general.