Por: Jairo A. Rendón.
Cuando el mundo observaba con atención las protestas en los países del norte de África y del medio oriente, llegó el terremoto que sacudió a Japón  y los posteriores problemas en los reactores nucleares  de la planta de Fukushima, eventos que hicieron que el mundo desviara su atención hacia Japón.  Las imágenes y noticias del devastador terremoto, que hasta el momento ha dejado más de 10,000 víctimas mortales y cientos de miles de damnificados,  no solo le han dado la vuelta al mundo sino que han despertado la solidaridad con los Japoneses desde todos rincones de la tierra. 
Pero la catástrofe Japonesa no es algo que únicamente genere angustia cuando se ve por televisión, sino que sus efectos se han sentido a miles de kilómetros de distancia. En Buffalo, Nueva York, General Motors ha detenido su producción y despedido temporalmente a varios de sus trabajadores debido a que algunas de las partes utilizadas en el proceso de producción se fabrican en Japón y por el terremoto estas no han podido ser suministradas.  Una de las consecuencias del terremoto en la economía mundial ha sido a través de la cadena de suministro, los japoneses son los fabricantes de un montón de piezas de alta tecnología como memorias, baterías y pantallas LCD que son utilizadas en la producción de autos, celulares, computadores y televisores.  Los japoneses no solo son los principales fabricantes de dichas piezas sino que en muchos casos son los únicos proveedores de dichos componentes y los problemas con la electricidad y el transporte en Japón como consecuencia del terremoto, han generado preocupaciones sobre el cierre temporal de plantas en diferentes partes del mundo.
No solo la cadena de suministro se ha visto afectada, sino que los problemas con la planta nuclear de Fukushima han generado tensiones en el mercado energético mundial. Cuatro días después del terremoto Alemania decidió cerrar temporalmente 7 reactores nucleares para revisar sus condiciones de seguridad, hoy en Bruselas, los líderes la unión Europea anunciaron unas pruebas de estrés en 143 de sus plantas nucleares, probablemente algunas de estas no pasaran el test y deberán ser cerradas.  Cuando se apagan las plantas nucleares la producción de energía tiene que ser reemplazada con otra fuente, lo que se ve reflejado en un incremento en la demanda por gas, petróleo y carbón, la cual viene acompañada con un incremento en los precios, incremento que amenaza la débil recuperación de la economía mundial (eso sin contar los problemas por el lado de la oferta del petróleo debido a la inestabilidad en el norte de África y medio oriente). 
Los efectos del terremoto en Japón son probablemente temporales,  tal como ocurrió después de las bombas atómicas, Japón será reconstruido, pero en corto plazo la catástrofe japonesa se siente en todo el mundo debido a la asombrosa red económica mundial.