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 “[Es como si el Dane] hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre (…) la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie podía saber (…) dónde estaban los límites de la realidad” 

La primera sorpresa llegó hace unos meses cuando el Dane, luego de habernos contado a todos los que habitamos estas tierras macondianas, reportó que somos 45.5 millones. El dato resultó muy sorpresivo porque las proyecciones del mismo Dane basadas en la información hasta el censo de 2005 sugerían que la población de 2018 se acercaría a los 50 millones.

Se evaporaron más de cuatro millones de habitantes, lo que tiene enormes implicaciones para centenares de indicadores que guían las políticas públicas.

En países como Colombia la tasa de crecimiento poblacional tiende a reducirse paulatinamente. Por ejemplo, a mediados de los ochenta la población crecía a una media anual un poco superior al 2% mientras que en 2005 lo hacía al 1.2%. En el siguiente gráfico reporto la senda que tenía prevista el Dane antes del Censo de 2018:

Pero esa senda nos habría llevado a los 50 millones de habitantes en 2018 y el Dane dice que somos 45.5. Calculo entonces una senda de crecimiento poblacional que va cayendo a lo largo del tiempo de manera constante y que nos lleva en 2018 a los 45.5 millones reportados por el Dane. Este es el resultado de ese cálculo:

Si el crecimiento anual de la población cayó desde 2005 de manera constante y esa tasa es coherente con haber alcanzado 45.5 millones de habitantes en 2018, entonces la tasa de crecimiento poblacional colombiana es actualmente ¡negativa! 

¿Es eso lo que está ocurriendo? ¿Cómo se concilia ese dato con el hecho de que la División de Población de las Naciones Unidas todavía estima que nuestra población crece a más de medio punto porcentual anual? ¿Será que contamos mal en el Censo reciente? ¿O proyectamos MUY mal a partir del pasado? ¿O contamos mal en el pasado?

La segunda sorpresa del Dane vino la semana pasada cuando reportó los datos de crecimiento económico.

Buena parte de la atención mediática recayó sobre el cálculo para 2018. Sin embargo, a la par con esa información, también presentó la revisión del dato de 2017. Es estándar que las agencias estadísticas reporten los cálculos de actividad económica primero de manera preliminar y luego hagan una revisión definitiva. Lo que resulta perturbador es que en este caso el Dane bajó la tasa de crecimiento de 2017 de 1.8% a 1.4%.

De un tajo evaporó—ahora no unos millones de habitantes—sino más de la quinta parte del crecimiento de ese año. En plata blanca, el descache se acerca a 3,5 billones de pesos. El Estado tomó decisiones basadas en datos que apuntaban a un crecimiento de 1,8% y no 1,4%.

¿Habría el Banco de la República bajado más las tasas de interés si hubiera conocido ese dato a tiempo? ¿Le habría dado el Comité de Regla Fiscal más espacio al gobierno con esa información? ¿Nos habríamos ahorrado algo del incremento en el desempleo que estamos viendo si hubiéramos sabido ese dato a tiempo y actuado en consecuencia?

Parafraseando a Gabo en Cien años de soledad, “[es como si el Dane] hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el desencanto, la duda y la revelación, hasta el extremo de que ya nadie podía saber a ciencia cierta dónde estaban los límites de la realidad”.

Las estadísticas nacionales son la brújula con la cual navega un país. Si está mal calibrada caminamos en la dirección equivocada.

Estos episodios deberían desatar una autocrítica en el Dane y también llevarnos a retomar el debate sobre la conveniencia de darle a la institución una gobernanza similar a la que tiene el Banco de la República, que le permita una mayor independencia presupuestal y política del gobierno de turno y un refuerzo de su capacidad técnica.

Twitter: @mahofste

Ph.D en Economía, Johns Hopkins University. Economista, Universidad de los Andes. La mayoría de mis investigaciones gira alrededor de temas macroeconómicos relacionados con política monetaria y temas financieros. Enseño macroeconomía en el pregrado y posgrado y política monetaria en el pregrado....