La afluencia de turistas nacionales y extranjeros en Bogotá es cada vez mayor. Para el agrado de nuestra economía y nuestra imagen, vemos cada vez más y más turistas por la ciudad. Uno de los sitios que resulta atractivo para los turistas es el mirador de la Calera, antaño y aún conocido como “La Paloma”. Estando allí, los turistas se ven estorbados por un restaurante que no permite ver la ciudad. La forma de verla es entonces entrando. Igual, parece un buen lugar para tomar algo y disfrutar de la vista que el lugar ofrece.
El problema es que los turistas salen más que frustrados ¿Por qué? Las personas entran, se toman algo, disfrutan la vista y cuando llega la cuenta se les incluye un valor por “cover especial” que oscila entre los 30 mil y 40 mil pesos dependiendo del día. Este “cover” muchas veces no es dado a conocer a los clientes a su entrada, así que la frustración y la sensación de estar siendo timados es inevitable. Esto es jugar sucio con el turismo, un potencial económico importante de la ciudad. Muchos sitios en la red (algunos muy reconocidos en el campo del turismo) han reportado dicho comportamiento desde 2010 ¿Por qué las autoridades no han hecho nada aún? Aquí algunos ejemplos:
http://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g294074-d2095155-Reviews-Mirador_La_Paloma-Bogota.html
http://off2colombia.com/bogota-bars-clubs/502-la-paloma-mirador-bogota
http://www.degusta.com.co/restaurante/bogota/la-paloma_635.html
http://www.minube.com/rincon/restaurante-mirador-la-paloma-a66894
http://www.tripadvisor.com.ar/ShowUserReviews-g294074-d2095155-r127031120-Mirador_La_Paloma-Bogota.html
http://www.tripadvisor.com.mx/ShowUserReviews-g294074-d2095155-r136598462-Mirador_La_Paloma-Bogota.html
Para ser totalmente sinceros, el local tiene un letrero un poco perdido, confuso, oscuro y lleno de información, donde anuncia, entre otras cosas, el cobro del “cover”. Sin embargo, nadie repara en éste al entrar ya que no es un anuncio claro, concreto y fácilmente visible, como debería ser.
Yo recuerdo que antes ese mirador era público. Sí, la gente se reunía a tomar y se volvía un poco complicado. Pero no es justo que un lugar turístico importante de Bogotá y que acostumbraba a ser público, ahora esté en manos de privados que actúa de mala fe y usan prácticas indeseables que dejan en duda la capacidad turística de la ciudad, como la de no anunciar el cobro de un “cover especial” de más de 15 dólares ¿No están violando la reglamentación al respecto en este restaurante? ¿No debería la Alcaldía o el Instituto Distrital de Turismo obligar a esta gente a tener buenas prácticas? Con una anuncio claro y visible del “cover”, sería suficiente. Claro, eso quizás haga que el negocio quiebre.