Por Juan Camilo Cárdenas
Esta NO es una entrada para alertar una vez más sobre la minería como actividad riesgosa en lo humano y lo ambiental, y como actividad financieramente rentable para las finanzas públicas y posible fuente de financiación de la inversión social. Es una entrada con una propuesta concreta para que construyamos una minería más humana y más sostenible. Si le interesa aguante o vaya al final.
Las columnas, editoriales y llamados del público a mirar con más cuidado el incremento de la actividad minera, o creciente visibilidad de una vieja minería informal con menos avances tecnológicos y en seguridad siguen ocupando las páginas de la prensa impresa y virtual. La minería como tantas otras de las actividades económicas tiene todos los condimentos para generar los debates de turno sobre los pequeños y los grandes, sobre la contratación, los legales y los ilegales, el problema ambiental, sobre la entrada de los grupos armados a la actividad, sobre el empleo informal o sobre las convenciones internacionales de turno y que Colombia no ha ratificado. También ha alertado el gobierno que para casi 6,000 minas tiene 16 inspectores. Eso es como 1 mina por día por inspector para en un año ser capaces de bajarse de la flota, medio oler si huele a gases, treparse en la siguiente flota y correr a la siguiente mina. A propósito, en la página de Ingeominas hay una sección llamada “Prevención y Atención al Minero”. Hagan click aquí a ver que les sale.
Esta entrada no es un grito mas de preocupación o alerta. Alertados estamos ya todos, la mayoría de los insumos e información están allí. Incluso en este espacio aportamos el par de granitos de arena acerca de la minería en territorios valiosos en lo cultural y lo ecológico, o sobre las minas y las inundaciones.
Así que al grano. Esta es una propuesta a construir sobre lo destruido. Es una propuesta para que cada lector y sus amigos metan la mano, y el dedo y el codo. La propuesta es construir entre todos, y consecuentes con el concepto de “crowd sourcing” en el que está basada, un sistema de seguimiento a la minería del país desde la participación ciudadana y que sirva para ayudar un poco a salvar vidas, páramos, ríos y reducir desastres evitables en riberas de los ríos.
La premisa es muy sencilla: cerca de cada mina es muy probable que existan varios ciudadanos con un teléfono celular para enviar un mensaje de texto SMS o hacer una llamada gratuita a una línea de recepción de mensajes enviando información valiosa y temprana para alertar sobre eventos estructurales o coyunturales de esa mina en particular. De pronto en lugar de 16 inspectores de Ingeominas para 6,000 minas conseguimos 16 vecinos en CADA mina.
A través de un portal administrado por un tercero independiente del sector minero y del gobierno (e.g. las universidades) podemos crear el sistema de recepción de esa información valiosa, tabularla, validarla, depurarla y georeferenciarla para que todos los dolientes (propietarios, reguladores, empleados, proveedores y demás) sepan de primera mano el estado y evolución de temas esenciales de cada mina (tiene los medidores de gas operando, tiene licencia o no, esta excavando con riesgos de deslizamientos, está incumpliendo normas laborales). Cada dato enviado por un vecino de la mina sería tratado con confidencialidad y sometido a verificar su veracidad.
Esto no me lo inventé yo. La acción colectiva tiene decenas de miles de años entre los humanos y millones de años en muchas especies. El crowd-sourcing utilizado para generar beneficios sociales tiene varias historias exitosas, varias incluso muy nuestras como la de una página en la que miles de ciudadanos de manera voluntaria verificaron los datos que se llenaron en los formularios E14 de las pasadas elecciones.
En la India la gente envía mensajes cuando ha pagado un soborno y se van identificando las agencias del gobierno mas propensas a este tipo de corrupción. En el Reino Unido las personas denuncian cuando no se está recogiendo la basura adecuadamente o un hueco sigue sin ser parchado. En la Amazonía se unieron Google Earth, comunidades indígenas y agencias de protección ambiental para detectar procesos ilegales de deforestación en sus etapas tempranas. El uso de mapas e información en la plataforma de Ushahidi ha mostrado ya sus resultados. En Kenya tienen detectan procesos tempranos de violencia étnica, en Pakistan las alertas de inundaciones y en Chile y Haití recogen datos valiosos de personas perdidas o con dificultades médicas en las primeras horas y días de un terremoto. Algunas páginas crean “mercados virtuales” donde se encuentran voluntarios y donantes para financiar pequeños proyectos de micro empresas y micro finanzas. En todos estos hay un común denominador: cantidades muy grandes de contribuciones muy pequeñas de tiempo, esfuerzo, información que cuestan mas bien poco a quien contribuye y producen un efecto agregado valioso para todos.
Si tiene un caso más que conoce y del que podemos aprender, si tiene una idea de cómo hacer esto real, vamos agregándola a esta conversación en La Silla Vacía y después la llevamos a un espacio de construcción real, le buscamos financiación y la ponemos a andar. Podemos comenzar con un pequeño número de minas a manera de piloto y aprendemos sobre la marcha.
Una primera visualización de la idea es en un portal abierto de internet donde tenemos un mapa con las minas que comienzan a participar y con alertas muy sencillas del estado actual de la seguridad en gases, del estado jurídico de permisos o licencias, o del impacto y riesgos ambientales. Las alertas se generarían a partir de mensajes de SMS, fotos enviadas por celular, denuncias por teléfono o por internet, todas en estricta confidencialidad.
Una aclaración desde muy temprano: esta es una idea colectiva, así que si Usted es de los que se preocupa por patentar y reclamar derechos intelectuales privados sobre sus aportes a esta idea, preferiría que se abstuviera. Voy a asumir que esta sería una construcción dentro de la lógica del “creative commons” y que lo que se vaya construyendo tenga un beneficio público y no privado para sus creadores.
Bienvenidos los aportes o las opiniones de escépticos y optimistas.