Ximena Peña
Ximena Peña
Hay mucho qué discutir acerca de los resultados de las últimas elecciones parlamentarias. Que los de mayor votación, que las nuevas fuerzas políticas, que los quemados. Una de las (varias) cosas que me tiene sorprendida es la cantidad de votos nulos. Tomemos el caso del Senado de la República. De las elecciones del pasado domingo ha habido 1’403.913 votos nulos, y la cuenta sigue (ver tabla). Esto es más del 10% del total de votos al senado. Creo que el país no se ha tomado este número suficientemente en serio.
Tabla 1. Porcentaje de votos nulos en elección al Senado, Colombia
Año
Votación Total
Votos Nulos
%
Votos No marcados
%
1998
9.461.218
252.644
2,7%
524.894
5,5%
2002
10.297.405
355.070
3,4%
656.158
6,4%
2006
10.793.408
1.212.004
11,2%
381.328
3,5%
2010*
13.203.762
1.403.913
10,6%
473.351
3,6%
*Boletín 42
Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil
Para poner este número de votos nulos en perspectiva, está entre las votaciones de dos de los partidos políticos de alta votación: según el Boletín 42 el Partido Liberal en tiene un total de 1,763,908 votos al Senado, y el PIN 907,468. ¿Qué tan alto es el porcentaje de votos nulos? Pasamos de tener cerca de 3% de votos nulos en 1998 y 2002, a más de 10% 2006 y 2010. Es claro que con la adopción del nuevo sistema aumentó sustancialmente el porcentaje de votos nulos.
En comparaciones internacionales no salimos bien librados. El porcentaje de votos nulos observados en estas últimas elecciones Parlamentarias en Colombia en general duplica los niveles observados en otros países de la región (ver Tabla 2).
Tabla 2. Porcentaje de votos nulos
Año
Elección
País
% Votos nulos
2009
Senado
Chile
5,1%
2009
Legislativas
Méjico
2,5%
2005
Legislativas
Venezuela
6,1%
2005
Parlamentarias
Bolivia
3,4%
2009
Parlamentarias
Haiti
7,0%
Fuente: Chile, Ministerio del Interior; Méjico, Instituto Federal Electoral; Venezuela, Consejo Nacional Electoral; Bolivia, Corte Nacional Electoral; Haití, Foro de Política Global (www.globalpolicy.org).
Tantos votos nulos ponen en tela de juicio la representatividad del sistema. Si estuvieran repartidos de manera uniforme entre tipos de listas y candidatos, los resultados finales en ausencia de anulaciones serían idénticos a los observados. Pero, si los errores que llevan a anular los votos se comenten sistemáticamente en cierto tipo de listas, entonces hacer los tarjetones comprensibles para la mayoría habría podido cambiar la historia política del país. Por ejemplo, si los votos nulos provienen sobre todo de errores de los votantes con las listas cerradas, es posible que la lista al Senado de Enrique Peñalosa hubiera alcanzado el umbral en el 2006, o la lista de Fajardo en esta. Y la historia sería otra. Cosas similares puede suceder si la mayoría de los errores provienen de ciertos tipos de listas con voto preferente.
(Y ni siquiera me referí a los votos no marcados, que son otra historia: casi medio millón de votos en esta elección. ¿Cuántos de ellos son votos en blanco y cuántos producto de la complejidad del sistema? Puedo imaginar a muchos compatriotas paralizados ante un tarjetón tan retador como los que nos ha tocado enfrentar últimamente.)
No conozco, y busqué, un estudio serio de la Registraduría diciendo cuáles fueron las fuentes de error que llevaron a anular 1’212.004 votos al Senado en las elecciones del 2002; por tanto, no sabemos si los votos nulos están afectando desproporcionadamente algún tipo de listas. La proporción de votos nulos en estas elecciones prueba que las medidas que se tomaron entre las elecciones de 2006 y las de 2010 no fueron suficientes.
¿Cuál es una buena manera de reformar el sistema? ¿Será el voto electrónico apropiado?
Actualización:
En la entrada ‘Mira y Verdes, felices con los nulos desanulados’ de ‘Mi Querido Diario’ de hoy viernes marzo 19 en esta misma página, cuentan que “…en muchas mesas de Bogotá los jurados marcaron como nulos votos en donde el ciudadano había marcado el logo del Partido y un número. Y cómo eran listas cerradas, solo se votaba por el partido y no por personas específicas. Sin embargo, según la ley electoral, si marcaron bien el partido, el que hayan marcado un número no lo anulaba.” Tal vez no hay que esperar a las siguientes elecciones para empezar a enmendar el error. Los partidos políticos podrían pedir el recuento de votos nulos en el país, sobre todo en Senado. Ojalá se animen.