Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Defendamos la Paz es un movimiento ciudadano diverso, amplio y plural, mediante el cual buscamos entretejer y elevar millones de voces en defensa de la implementación íntegra y efectiva del Acuerdo de Paz suscrito entre el Gobierno de Colombia y la FARC, y en defensa del diálogo sostenido con los otros grupos armados que aún tiñen de violencia tantos territorios de nuestro país, hasta que dichas conversaciones den el fruto que todas y todos esperamos.
Para seguir avanzando en la construcción de paz en el marco del posacuerdo, creemos que es esencial la activación y la movilización de la ciudadanía en torno a la defensa de tres elementos centrales.
Primero, el cumplimiento de los compromisos del Gobierno Nacional y las demás ramas del Estado para garantizar – de manera clara y transparente – la completa y efectiva implementación del Acuerdo de Paz, empezando por una ágil y segura reincorporación de las y los excombatientes a la vida civil, pasando por la Reforma Rural Integral y el replanteamiento de la lucha contra las drogas ilícitas, y prestando especial atención a que se garantice el adecuado funcionamiento del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición – integrado por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, la Comisión de la Verdad, y la Jurisdicción Especial para la Paz.
Segundo, el cumplimiento – por parte del Congreso de la República y las demás ramas del poder público – del compromiso adquirido con las víctimas y las organizaciones sociales de los 16 territorios más afectados por el conflicto y el abandono, para crear igual número de Circunscripciones Especiales Transitorias de Paz que permitan llevar al centro de la deliberación política las necesidades y las aspiraciones más sentidas, y hasta hoy inclementemente acalladas, de sus comunidades.
Tercero, el cumplimiento del compromiso del Estado colombiano – y especialmente del Gobierno Nacional – de garantizar la vida y la tranquilidad de las lideresas y líderes sociales, defensores de los Derechos Humanos, protectores del medio ambiente, gestores de la restitución de tierras, aspirantes a cargos públicos de elección popular, y excombatientes, a lo largo y ancho de toda Colombia.
No descansaremos ni un solo instante en nuestra defensa – desde el derecho irrevocable a la movilización ciudadana – del cumplimiento de estos compromisos, que en conjunto representan el núcleo vital de las posibilidades concretas que tenemos las colombianas y los colombianos para avanzar en la construcción y la materialización efectiva de una paz estable y duradera.
Defendamos la Paz proclama en Cartagena y en Bolívar, que nuestra movilización está fundamentada, no en la desesperanza sino en la esperanza. La profunda esperanza de un horizonte viable y realizable de construcción de paz que emerge de lo más profundo del corazón de nuestras comunidades y territorios; un horizonte de construcción de paz que al elevar nuestras miradas – y a medida que vayamos removiendo los tozudos obstáculos que se interponen frente a esa justa visión – se deja ver como un horizonte que podemos alcanzar con nuestras manos.
Defendamos la Paz proclama en Cartagena y Bolívar, que la defensa de la paz no tiene bandera partidista ni color ideológico; nos congrega, nos une y nos protege un abrazo colectivo, desde el corazón del valor cívico, y lejos de cualquier extremo. No seremos instrumentos de la polarización, ni seremos instrumentalizados por quienes polarizan en busca de poder.
Defendamos la Paz proclama en Cartagena y Bolívar, que nos reconocemos como una ciudadanía que posee la riqueza más grande del universo: nuestra diversidad. Somos afro, somos indígenas, somos comunidades campesinas, somos mujeres, hombres, jóvenes, urbanos, rurales, homosexuales, heterosexuales, trans, empresarios, trabajadores, comerciantes, activistas, periodistas, estudiantes, profesores. Todas y todos somos defensores de la paz.
Convocamos a toda la sociedad cartagenera y bolivarense, a que trascendamos las lejanías – especialmente la aciaga distancia de la indiferencia que trágicamente ha marcado nuestras historias entrecruzadas. Ante los tristes y sombríos aullidos de los vientos que hoy por hoy anuncian nuevamente tempestades, interpondremos nuestra valiente y valiosa – insoslayable, incansable, ineluctable – defensa de la paz.
¡Defendamos la Paz, Bolívar y Cartagena!