Enrique Peñalosa, es por quinta vez candidato a la alcaldía de Bogotá. Su vida la ha dedicado a prepararse y formarse para ello. Su persistencia solo es comparable con Abraham Lincoln, quien perdió al menos unas ocho elecciones, pero llegó finalmente a ser presidente de su país. Y no cualquiera, uno de los presidentes más grandes, más recordados y más queridos de EEUU. Peñalosa es considerado un gran líder en asuntos de ciudad, es uno de los mejores urbanistas del mundo, pero mal político para el ejercicio electoral. Después de tantas derrotas, tiene hoy una gran oportunidad que solo sería positva y favorable a sus aspiraciones, si junta cinco ingredientes claves. Aquí están.
Bogotá está pasando hoy por una crisis en muchos órdenes. De allí que el próximo alcalde requiera ser un líder capaz de construir confianza con sus acciones. Un gerente experto que tenga talante y autoridad, incluso para tomar de forma urgente decisiones impopulares y difíciles. Que arme generosamente un equipo con genios de lo urbano con gran proyección humana y social, sin reparar en partidismos; rodeándose de los mejores.
¿Será que podrían hacerlo Clara, Pacho, Pardo, De Roux frente a alguien que ha invertido todo su capital (personal, familiar y profesional) para convertirse en referente urbano mundial con evidencia científica y argumentos sólidos? Podrían ser buenos políticos en la alcaldía como Pardo o Clara, pero Bogotá no necesita un alcalde bueno, requiere de un extraordinario líder (un fuera de serie) con altas competencias para proponer un excelente desarrollo ciudadano. Allí está la nuez del asunto.
¿El momento de Bogotá y Peñalosa?
Enrique Peñalosa (EP) tiene enormes ventajas para ser conductor de Bogotá. Es indiscutible su capacidad para gerenciar una metrópoli, pero más aún, para liderar una propuesta urbana referente mundial. Se ha perfeccionado, es más competente, concertador, visionario, mucho más sensible con la ciudad y su gente.
Lo ‘malo’ como candidato de EP, es que trata de ser coherente y genuino, evitando al máximo la demagogia manipuladora, que otros capitalizan con ventaja electoral. Como político (tradicional) es poco ‘efectivo’. Una especie de Abraham Lincoln colombiano, quien por preservar sus principios, perdió unas ocho elecciones, además de múltiples fracasos. Pero llegó a ser el presidente más querido de los EEUU.
Los 5 factores claves para el triunfo
Para EP la opción de llegar de nuevo a la alcaldía de Bogotá en esta oportunidad es muy alta, si hace ajustes con gran dosis de generosidad y talante político. Debe iniciar por corregir “sin anestesia” errores cometidos en la campaña presidencial pasada, especialmente en su primera línea. Se requieren en todos los niveles personas competentes, que interpreten al candidato, creativos, innovadores y muy pragmáticos; de excelentes relaciones humanas. Aparte de ello es indispensable Integrar cinco factores esenciales:
1. Factor indignados (centro progresista): Bogotá al contrario del departamento de Nariño, no es de izquierda. La llegada de Petro y Lucho, además del samperismo a través de Moreno, fueron coyunturales y han ganado por efecto de ‘minoría atrincherada’. Ha pesado un voto reactivo, por campañas equivocadas desde lo político, especialmente de EP o por momentos ciudadanos. Hay un fuerte sector contestatario, una especie de indignados, representados en líderes como Antonio Navarro, Camilo Romero, Claudia López y Carlos V. de Roux. Es posible lograr un buen compromiso ideológico y acercamiento abierto, teniendo en cuenta que por ejemplo Romero, López y De Roux aprecian personalmente a EP y admiran su capacidad urbana. Lograr su cercanía de alguna forma, contribuye a desestigmatizar su campaña y consecuentemente suman un valioso sector votante. Los inconformes que son muchos, han jugado papel clave en la elección de gobiernos de izquierda. Este factor que tiene toque verde, oxigenaría su campaña.
2. Factor Mockus (Educación Ciudadana): es un gran referente para una exitosa administración no solo en Colombia sino en el mundo. La marca de Cultura Ciudadana está ligada a su nombre y no hay mejor inspirador del buen comportamiento humano que Antanas Mockus. Es un adalid de los más decentes valores de gobierno. Por principio es necesario contar con su aporte y respaldo. De allí que generosamente EP, debe agotar las posibilidades para lograr su apoyo. Además él personalmente debe concertar un encuentro con Henry Murrain (Director Corpovisionarios) y Jorge Torres (buen candidato al Concejo de Bogotá).
3. Factor conservador (ala derecha): Increíblemente Bogotá es más conservadora (representada en partidos como Cambio Radical, la U. Conservador, Liberal, Centro Democrático, Opción Ciudadana, etc.). La izquierda ha capitalizado su dispersión. Por ello es esencial tener cerca a bastiones no solo del partido Conservador, también a buena parte del Centro Democrático (son bogotanos y representativos). Ello puede lograrse, llegando a acuerdos de ‘buenas maneras’ con dirigentes como David Barguil y Martha Lucía Ramírez. Indirectamente están ligados a un sector importante que sigue al expresidente Uribe. Además, estar a la expectativa de lo que ocurra con Pacho Santos, que es claro que no tiene opción de ganar, pero sí de sumar un buen número de adeptos y definir (podría movilizar a favor o en contra unos 100 mil votantes, que pueden marcar una gran diferencia).
4. Factor civil (ciudadano de a pié, opinión pública): Buena parte de la sociedad civil electora puede ser manipulable por interesados y afectos al juego sucio de la política. Sobre todo a partir de rumores infundados como cuando se hizo creer en plena campaña contra Moreno que EP era socio de TransMilenio o dueño de una flotilla de taxis que pondría a circular si ganaba. O el equivocado manejo del concepto de bolardo que lo transfiguraron hábilmente los opositores, cuando en realidad tiene un alto valor de defensa de los peatones y los más vulnerables. Son los falsos rumores que pueden crecer como bola de nieve y tener efecto indeseado. El Equipo por Bogotá debe ‘intervenir’ organizaciones importantes (sector transporte, comerciantes, organizaciones sociales, etc.) haciendo talleres político didácticos, para que gran parte de ellos se conviertan en apóstoles portadores ante un sector de la sociedad civil, de la opinión pública, de un mensaje con verdades claras (no a medias). Es hacer un trabajo de filigrana para lograr un gran efecto multiplicador más de las bondades y fortalezas de la propuesta de EP.
5. Factor medios (información responsable): Los medios tienen un enorme poder, especialmente la radio que entra sin pedir permiso. Allí están los grandes orientadores de la opinión pública sutilmente induciendo un comportamiento o ayudando a tomar decisiones ciudadanas de distintos órdenes. La mayoría de reconocidos periodistas que son cultos, creen que EP haría una excelente alcaldía. Pero también coinciden en lo mal candidato que ha sido. Decía hace poco Julio Sánchez (quien admira y respeta a EP), que había que hacer una reforma estructural para que se lo nombre mediante decreto, porque sería la única manera. Es urgente aclararles que la constancia por una gran causa, no equivale a estar derrotado. Debe realizar acercamiento a los grandes medios, sin prevenciones, para infundir mayor confianza y demostrar que hay sustanciales cambios y giros en la campaña, para que se lo rotule más como un triunfador. Con ellos hay que tener cartas abiertas y estar dispuesto a resolver todas sus inquietudes. Con paciencia, generosidad y sin menospreciar a nadie.
Corolario 1: si se es coherente con lo que se quiere para Bogotá, el factor Pardo no es conveniente. De allí que es mejor olvidarse de cualquier alianza o acuerdo, ya que de hacerlo, estarían detrás nada menos que voraces dinosaurios como Roy, Benedetti, Serpa, Velasco, etc. Esa es la política vieja, tradicional, que Bogotá no necesita. EP requiere libertad para gobernar como lo sabe hacer.
Corolario 2: En una competencia tan cerrada el factor Pacho es decisorio. Los seguidores de Pacho Santos, el CD y de Uribe, en septiembre tendrían que redefinir muchos su voto. Al menos un 60 por ciento lo harían por EP, un 20 por ciento por otra opción y el otro 20 no le apostarían a ninguno.
Corolario 3: Si EP llega a ser alcalde de Bogotá, esta se convertiría en referente internacional. Además sería una contribución a la paz estructural. Buena parte de las ciudades y municipios colombianos van a inspirarse en el modelo bogotano, con transformaciones positivas en sus entornos, generando condiciones para que sus ciudadanos tengan mejor calidad de vida. Peñalosa con argumentos y principios apunta muy alto, a una ciudad con más justicia social y equidad, pero ante todo a hacer ciudadanos más felices. ¿No será que Bogotá merece darse esta oportunidad?