Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Dadas las dificultades operativas que se reportan en los medios masivos de comunicación, es lógico que parte del debate público se centre más en los efectos que en las verdaderas causas de los problemas. Son cuatro (4) los problemas estructurales que deberían ser atendidos con diligencia y prontitud o no vamos a poder salir en varios años de la actual situación: Infraestructura, TransMilenio dentro del SITP, el Sistema de Rutas y la Sostenibilidad Económica. Cada uno de ellos serán explicado en una o varias publicaciones separadamente luego de está primera introducción.
Dadas las dificultades operativas y la congestión que se reportan recurrentemente en los medios masivos de comunicación sobre TransMilenio, desafortunadamente gran parte del debate público se centra más en los efectos percibidos que en la causa de los problemas.
Hasta hace unos años era muy común solicitar el aumento de la flota para solucionar los problemas que se presentaban. Sin embargo hoy esta solicitud ha mermado, o al menos a nivel de medios de comunicación, dado que es evidente la sobresaturación de buses rojos en las troncales.
En ese sentido, surgen constantemente ideas que recurren a la interpretación muy válida de cada quien sobre la “cultura ciudadana”: para algunos, el tema es hacer y respetar las colas; para otros, el punto central es ordenar en las estaciones la salida y entrada de pasajeros a los buses; también hay ideas para el interior de los buses, en relación con la circulación de los pasajeros y evitar aglomeraciones en las puertas; en el respecto de las sillas preferenciales, entre muchas otras. Por supuesto hay también recomendaciones para los conductores y sobre la señalización de buses y estaciones.
De otra parte, no hay duda que las falencias en limpieza, iluminación y el mantenimiento de las estaciones y puentes afectan la percepción y realidad de la seguridad y calidad del servicio, luego de casi 15 años de uso constante de buena parte de la infraestructura peatonal; sin mencionar la presencia de ventas ambulantes al interior del sistema y en sus alrededores.
A pesar de que sin duda todo lo anterior es real y el tipo de soluciones descritas son interesantes, tengo la idea que ni en el número de buses ni en su programación, dado el nivel de saturación de las vías exclusivas por los buses rojos, ni en la “cultura ciudadana” está la solución a los problemas que hoy se observan en TransMilenio. De esta tesis se tratan los documentos que iré publicando en los próximos días.
Por tanto, a mi entender, son cuatro los problemas estructurales que deberían ser atendidos con diligencia y prontitud o no vamos a salir en varios años de los actuales problemas operativos y de congestión y de la mala experiencia que reportan continuamente los usuarios. Estos son:
- Infraestructura
- TransMilenio dentro del SITP
- Programación de Rutas y Buses
- Sostenibilidad Económica
Julio 6 de 2015