Ni en la renovación de la flota de Transmilenio, ni en el mega proyecto inmobiliario en la Van Der Hammen ni en el contrato de grúas o en la ampliación de Doña Juana se han defendido el medio ambiente o la salud pública de los Bogotanos

@andredecamelo

Bogotá atraviesa unos graves problemas ambientales que afectan especialmente algunos sectores del sur de la capital azotados por el trafico de volquetas y tractomulas y la emisión de gases contaminantes producto de fuentes fijas. De acuerdo con el observatorio ambiental los casos de morbilidad en niños menores de cinco años asociados a enfermedades respiratorias crecieron un 227% entre 2009 y 2017. En Bosa los niños atendidos en urgencia por enfermedades respiratorias asociadas a la contaminación del aire casi duplicaron las cifras de toda la ciudad.

La reciente medida tomada por el alcalde Enrique Peñalosa de ampliar el horario pico y placa en la ciudad y extenderlo a los fines de semana no fue más que un paño de agua tibia para tan graves problemas. Otros podrían calificarlo de ser una medida hipócrita.

Los multimillonarios contratos entregados por este gobierno y las decisiones tomadas en temas cruciales han mostrado tener prioridades distintas a las medio ambientales. Para no ir muy lejos tenemos los contratos para la renovación de la flota del os buses de la fase I y II de Transmilenio ampliamente cuestionados.

A los operadores dueños de la nueva flota se les adjudico una licitación en la que se pacto la entrada de 1.145 buses nuevos de los cuales el 59,6% funcionan con Diesel, un agente cancerígeno según la organización mundial de la salud, el 40,4% con gas natural y ninguno con tecnología eléctrica.  Vale señalar que la inclusión de los buses a gas fue el resultado de una fuerte pelea desde distintos sectores ambientalistas en la que incluso intervino la procuraduría general de la nación pues en los pliegos de la licitación  no se incluida ninguna medida para mitigar el impacto ambiental de Transmilenio sobre el aire de la ciudad. Tras sendas presiones los pliegos fueron modificados, pero el factor fundamental para escoger el operador fue la oferta económica. 

El proyecto para la urbanización del norte de la ciudad muestra a su vez ese talante de favorecer intereses privados sobre el medio ambiente y el bienestar colectivo. El proyecto ciudad norte a través del cual se urbanizaría la reserva Thomas Van Der  Hammen busca la entrada de proyectos inmobiliarios para que sean habitados por  más de 1 millones 300 mil personas, más que las que viven en cualquiera de las localidades de la ciudad. En 2002 esta zona fue declarada reserva con el fin de preservar la conectividad ambiental de los cerros orientales con …. Y de preservar las  fuentes hídricas subterráneas con el fin de evitar la expansión de mancha gris de la ciudad sobre la sabana y la consecuente conurbación de Bogotá con los municipios aledaños.

No se puede dejar de lado que según el Concejo Nacional Electoral el 49% de los donantes de la campaña a la alcaldía de Peñalosa vienen del sector de la construcción.

La secretaría distrital de movilidad también ha aportado lo suyo. En 2017 adjudicó por 10 años, el contrato de concesión para la operación de las grúas y el manejo de los patios a los que llegan los vehículos inmovilizados en la ciudad a la empresa Promesa de sociedad futura PYG Bogotá SAS Unión Temporal Circulemos Bogotá 2017. Entre 4 proponentes esta fue la única empresa a la que le fue adjudicado el negocio, luego de un proceso cuestionado por la Procuraduría quien advirtió que no se tuvo en cuenta un estudio técnico contratado por la misma entidad para la estructuración técnica y jurídica del contrato.  Finalmente al concesionario que se quedó con un contrato cuyo valor es indefinidito pero altamente rentable solo se le exigió que de las 120 grúas con las que iniciaría la operación el 51% fuesen nuevas. Como si fuera poco según el Anexo 1 del contrato la flota que entró a operar podía tener hasta 10 años de antigüedad. Así mismo se estableció que este recibiría el 83% de los ingresos de los patios, mientras que el distrito solo 13% restante. En el esquema anterior el concesionario se quedaba con el 57%.

La más reciente decisión fue la ampliación de la vida útil del relleno sanitario Doña Juana por 35 años más a pesar de la emergencia ambiental y de salud publica vivida por los habitantes del mochuelo alto hace unos meses, invadidos por plagas y moscos, lo que muestra lo poco que en este gobierno se le dedica a los temas ambientales.

 ¿Bogotá mejor para quien?