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Muy bien por el impuesto a los combusitlbes (impuesto al carbono), bien que sólo se deje un 5% de IVA a las bicicletas, genial por el impuesto de lujo a las motos (mas de 800cc), que son los vehículos más riesgoso y contaminantes. Nos quedan debiendo ayudas reales a los municipios para apoyo al transporte público. Otra vez será. 

La reforma tributaria trajo algunos debates sobre salud pública, contaminación y bienestar. Natural: los impuestos y los subsidios son mecanismos de desincentivo y promoción de temas que el mercado solito no resuelve.  Tal vez lo que más atención recibió fue la buena propuesta del Ministerio de Salud de gravar las bebidas azucaradas, con el loable objetivo de reducir la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.  No se logró; otra vez será.

Dentro de los debates también se discutieron impuestos a los combustibles, las motos y las bicicletas. Casi todo se resolvió en la discusión de la ponencia, pero algunas cosas pasaron por proposiciones y recibieron el aval del Gobierno.

Muy bien por el incremento al impuesto a los combustibles, ahora como impuesto verde o impuesto al carbono. Un paso en el logro de los compromisos de mitigación de cambio climático, y una forma indirecta de reducir el uso excesivo de carros y motos.  Desde las ciudades nos hubiera gustado que los ingresos (por lo menos parcialmente) aumentaran los recursos para mejorar el transporte público, pero la reforma tiene que tapar el hueco de las finanzas nacionales, y esto ayuda un poquito. Ahora bien, parte de ese hueco es el compromiso con Bogotá por 9.5 billones para transporte masivo pagadero en cuotas por los próximos 25 años, así que algo llega.

Interesante cambio en el IVA para las bicicletas: inicialmente 19% se bajó a 5%.  Podía ser cero, como apoyo al modo menos contaminante y que hace a los usuarios más felices.  Pero de todas formas 5 es mucho menos que 19. Algo es algo (y fue muy dificil, según indica la Representante Angélica Lozano). 

Para las motos, además del IVA de 19% se discutió un impuesto de lujo de 8% (motos de más de 800 cc).  Algunos motociclistas protestaron tomándose parte de los carriles de TransMilenio, la Ciclolovía de la 26 (la Secretaria de Movilidad anuncio fuertes sanciones, que así sea).  El profesor José Stalin Rojas, de la Universidad Nacional, indicó que tal impuesto ataca las clases populares (eso mismo dicen del impuesto a las bebidas azucaradas, ignorando sus efectos negativos).  La ANDI y los Autopartistas dijeron que las pérdidas serían millonarias.  Pero ninguno habló de los impactos negativos de las motos: son el modo de transporte más peligroso y el más contaminante.  Aplicar impuestos es una forma de reducir esas externalidades.

Las motos son convenientes, ágiles, baratas, y por eso se convirtieron en el vehículo de mayor crecimiento en el país. Ya tenemos más motos que carros (6,900,000) y cada año se suman más de 600,000. La moto soluciona necesidades de acceso y de trabajo. Eso cuenta a su favor. Pero dejar al mercado simplemente su crecimiento es perverso para nuestras ciudades y nuestros jóvenes.  

Más del 50% de los muertos en la vía por hechos de tránsito son motociclistas, y las motos son también responsables por 10% de peatones atropellados.  La mortalidad anual de motociclistas ha tenido un crecimiento constante durante 14 años. Más de 3,500 muertos al año son demasiados (la mayoría menores de 35 años) y cualquier medida que contribuya a reducir esa cifra está justificada. Adicionalmente, dado su relativo bajo consumo de combustible, se tiende a pensar que son vehículos limpios. Grave error; en realidad son el vehículo más contaminante por viaje.  La razón: las motos normales no están equipadas con dispositivos de control de emisiones. Esto lo confirman números estudios, como los realizados por el Profesor Eduardo Beherenz de la Universidad de los Andes.

Emisones por Km por Pasajero

Espero el lobby de las motos no sea exitoso en su empeño de esconder estos hechos y logre el desmonte del impuesto en la conciliación “en beneficio de las clases menos favorecidas” (igual el 8% extra sólo aplica a las motos de más de 800cc; las demás quedan con IVA de 19%).  

Ahora bien, la reforma tributaria nos queda debiendo ingresos para que las ciudades puedan mejorar sus sistemas de transporte, más allá del cobro por congestión y el cobro de garajes y estacionamientos autorizados en la Ley del Plan Nacional de Desarrollo, pero que los concejos se niegan a aprobar y los alcaldes prefieren no proponer.  Por ejemplo, se puede considerar un impuesto adicional al de propiedad (conocido como rodamiento), donde los vehículos más contaminantes paguen más. Como en el tema de las bebidas azucaradas, otra vez será.  

Es profesor de transporte y logística en la Pontificia Universidad Javeriana. Se ha desempeñado como asesor de gobiernos locales, nacionales y organismos internacionales de desarrollo en América Latina, Asia y África. Fue subgerente de TransMilenio (2000-2003) y gerente del proyecto Metro de Bogotá...