Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
La creatividad es una virtud, excepto cuando se trata de hacer cuentas. Y creatividad es lo que desbordan las cuentas de los kms de ciclorruta en Bogotá.
En su tesis doctoral “Incumplir cumpliendo: una etnografía al papeleo del Auto 004″ la antropóloga Valentina Pellegrino describió un fenómeno ampliamente difundido en las instituciones gubernamentales : el “incumplir cumpliendo”. Basándose en el seguimiento de las acciones tomadas por el gobierno acatando un auto judicial emitido para proteger a 34 pueblos indígenas, la Dra. Pellegrino mostró como era posible no lograr los resultados esperados (incumplir) a la vez que se generaba un rastro de certificados y documentos que mostraba en papel todo lo contrario (cumpliendo).
Aunque los ejemplos de esta práctica son innumerables, nos concentraremos en uno en el que la cifra ha sido objeto de debate, polémica y de una generosa dosis de incumplir cumpliendo:
¿Cuantos kilómetros de ciclorruta tiene Bogotá?
Si creemos la cifra usada por la alcaldía para justificar su decisión de proclamar por decreto a Bogotá como Capital Mundial de la Bici, este año ya superamos los 500 kilómetros de ciclorrutas. Esta nada despreciable cifra ha sido citada constantemente en la considerable maquinaria de medios de la alcaldía.

En respuesta a un derecho de petición interpuesto por la concejala María Fernanda Rojas solicitando el inventario de ciclorrutas de la ciudad, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) reportó 111 kms en calzada y 392 en andén, totalizando 503 kms. Al calcular la extensión de la red usando el mapa de referencia de Bogotá “Red de Biciusuarios”, disponible en la página http://www.ideca.gov.co/es/servicios/mapa-de-referencia, resulta un total de 510 kms.


Para entender correctamente la verdadera extensión de la red es necesario revisar el mapa en detalle para separar “el grano de la paja”. Hicimos esto usando el mapa de referencia y un sistema de información geográfica. Los resultados se presentan a continuación.
Los kilómetros que se deben contar: Ciclorrutas (293.9 kms) y Bicicarriles (74,5 kms)
Una ciclorruta es, según el Código Nacional de Transporte, una “vía o sección de la calzada destinada al tránsito de bicicletas en forma exclusiva” . En Bogotá se tiende a usar “ciclorruta” para describir las vías exclusivas en andén y “bicicarril” para describir las vías exclusivas en calzada. Como se puede ver en la imagen inferior, estas dos estructuras (dibujadas en cian sobre el mapa) componen la mayor parte de la red. Adicionalmente, se deben contar algunas estructuras segregadas anexas a las ciclorrutas como túneles o pompeyanos.
¿En que consiste el resto de la red? ¿Se deben contar como cicloinfraestructura los más de 100 kms adicionales dibujados en magenta sobre el mapa? El resto del artículo tratará de separar los kilómetros que brindan alguna seguridad al ciclista de los que no.

Kilómetros que NO se deben contar
Puentes Peatonales (8.9 kms)
Sorprendentemente, los puentes peatonales se cuentan dentro de los kilómetros de ciclorruta. En muchos de estos puentes existe la señal que taxativamente ordena al ciclista cruzarlo desmontado de la bicicleta. Esto lo confirma la misma secretaría de Movilidad desde sus cuentas en redes sociales.


Se puede alegar que estos kilómetros se deberían contar dado que se puede transitar en el puente con una bicicleta desde que se lleve en la mano, pero en ese caso también deberíamos incluir en la red de ciclorrutas todos los andenes, parques, escaleras, plazas y, en general, cualquier espacio de la ciudad donde sea posible caminar con la bicicleta.
Carril BusBici (19,3 kms)
Como su nombre lo indica, son vías compartidas entre bicicletas y buses de transporte público. Aunque este tipo de infraestructura se usa en otras ciudades del mundo, es necesaria infraestructura adicional que la segregue de los otros actores viales y un estricto control para que se respete. En París, por ejemplo, los conductores de buses no están autorizado a rebasar o siquiera pitar a las bicicletas en estos carriles.

Al preguntarle a algunos bicisuarios si estas reglas se seguían en los tramos marcados en el mapa como carril BusBici la respuesta generalizada fue una expresión de la más absoluta incredulidad al saber que ese tramo se contaba dentro de la red de bicicletas de Bogotá.

Vías Compartidas (13,1 kms)
Las vías compartidas son vías en las que no existe ninguna segregación ni equipamento para garantizar la seguridad del ciclista. Por definición no son ni deberían ser contadas como ciclorrutas.

En la mayoría de casos estas vías son indistinguibles de las otras de la malla vial excepto por bicicletas pintadas en el pavimento y señales como esta:

Curiosamente, estas mismas señales también se pueden ver en vías que claramente no son ciclorrutas como la vía que conduce al municipio de La Calera ( Alto de Patios) y la Avenida Circunvalar.

Siempre he tenido la duda de lo que quiere decir exactamente esta señal. Si por ley los ciclistas tienen el derecho y el deber de circular ocupando un carril y los automotores tienen la obligación de adelantarlos a más de 1.5 metros, no se que otra prioridad puedan tener las bicicletas. Implicitamente, estas señales dan a entender que solo en ciertas vías es necesario cumplir las normas de tránsito que protegen a los ciclistas. Infortunadamente, y lo se por experiencia propia, ni siquiera en estas zonas se cumplen.
Los kilometros confusos
En múltiples segmentos el espacio debe ser compartido por diversos actores. Un buen diseño minimiza o elimina estos espacios para evitar los conflictos entre estos actores. Infortunadamente, Bogotá ha priorizado por decadas las necesidades percibidas de los automotores, resultando en una red de bicicletas sobrepuesta a trozos a la malla vial con conflictos frecuentes. Esto hace necesario revisar con cuidado cuales de estos kilómetros deban ser contados como parte de la red de bicicletas.
Puentes vehiculares, puentes ciclo-peatonales y ciclo-puentes (7,6 kms)
En el mapa se distinguen tres categorías de puentes además de los peatonales. Curiosamente, en las tres categorías se mezclan puentes con cicloinfraestructura correctamente segregada con puentes sin segregación y puentes con prohibición expresa del tránsito de bicicletas. Para saber cuantos de estos corresponden a cicloinfraestructura real sería necesario hacer una inspección individual de cada uno.


Intersecciones (26,3 kms)
Las intersecciones son secciones de calzada que separan dos infraestructuras. Siendo estricto, las intersecciones no se deberían contar como ciclorrutas al no estar segregados así como los cruces peatonales no se cuentan como parte del andén. Lo correcto sería hacer una inspeccion de seguridad en cada intersección e incluirla en la red solo si está correctamente resuelta y garantiza la seguridad de los ciclistas. Un ejemplo de una intersección adaptada para ciclistas que se podría incluir en la red (a pesar que se siguen presentando conflictos con peatones) es la del bicicarril de la carrera 11 con la calle 100 cuya imágen aparece en muchísimas comunicaciones y publicaciones del distrito. Otras intersecciones sin medidas reales para garantizar que los automotores no pongan en peligro a los ciclistas o solo con intervenciones menores (por ejemplo pintura) no deberían contarse.


Andenes (65,8 kms)
Tal vez de los resultados más sorprendentes al mirar el mapa es la gran cantidad de andenes sin segregación que se cuentan como parte de la red de bicicletas bajo la etiqueta de “Espacio compartido”.
Como mencionamos antes, el pobre diseño víal en Bogotá hace que se recurra con frecuencia a estos espacios compartidos con peatones para resolver discontinuidades en las ciclorrutas. Un ejemplo de esto es el frecuente diseño de “ciclo-cadena”: Tramos largos de ciclorruta en andén unidos por una intersección en calzada y dos “eslabones” de “espacio compartido” (andén no segregado). Son precisamente estas secciones no segregadas de andén las que generan más conflictos e incomodidades entre ciclistas, peatones y, particularmente, las personas con movilidad reducida que necesitan usar las mismas rampas que las bicicletas para subir y descender los andenes.

Pero aún si aceptamos que los tramos cortos de anden de menos de 5 metros unidos a otra cicloinfraestructura son parte de la red de ciclorrutas esto resulta en poco menos de 4 kms. ¿De dónde salen entonces los más de 60 kilómetros adicionales? Pues sencillamente contando andenes como ciclorruta. Infortunadamente los ejemplos abundan:



Para sumar a la confusión del espacio peatonal donde no deben circular ciclistas, se han instalado cruces de bicicletas en segmentos que unen andenes no segregados.

También se ha comenzado a instalar señalización horizontal y vertical en andenes de “Prioridad peatón”. Siendo tanto ciclista como peatón, cada vez que veo este aviso me pregunto ¿como puede haber algún andén de la ciudad en el que los peatones no tengan la prioridad?

Sobra decir que la ley prohibe a todos los vehículos circular sobre los andenes, haciendo ilegal el uso de la bicicleta en estos espacios con “prioridad peatón”.
Conclusiones
Resumimos los resultados en esta tabla. Sin tener en cuenta intersecciones la red de ciclorrutas es de 375 kms. Si se tienen en cuenta intersecciones de calzada y algunos tramos de andén se llega a los 405 kms.
Este conteo no intenta ser exhaustivo y necesitaría un trabajo intenso de campo para llegar ser exacto. Aún más interesante sería separar los kilómetros de infraestructura efectiva de aquellos aislados o que por diversos motivos resultan inutilizables, pero eso necesitaría otro artículo aún más extenso que este. Lo que si nos muestra esta tabla son las grandes diferencias entre lo que se anuncia y lo que la persona en bicicleta ve en la calle. Esta contabilidad maquillada hace que las cifras se vaya inflando y deformando cada vez más hasta perder su significado.
Pero al final del día no importa si son 400, 500 u 800 kilometros: ¿De que sirve sumar y sumar kilométros de ciclorruta si estás son tan incómodas, peligrosas y discontinuas que no se usan? ¿Para que sumar en papel a costa de quitarle aún más espacio a los peatones? Ya es hora de dejar la obsesión de construir como sea vías para ciclistas y empezar a pensar en como construir ciudades tan seguras y formar ciudadanos tan conscientes que hagan esta segregación innecesaria. Al fin y al cabo, la cantidad ideal de kilómetros de ciclo-infraestructura es 0.