Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
En ProBogotá presentamos un estudio en el que planteamos la necesidad de poner las reglas de juego claras para no frenar la innovación, mejorar el servicio, y que aplicaciones y taxistas compitan en igualdad de condiciones.
Las tensiones entre la industria de taxis y las aplicaciones tecnológicas de transporte no se deben a su presencia o participación en el mercado, sino a la falta de regulación y reglas claras. A esta conclusión llega el estudio ‘Nuevas tecnologías e innovación en la industria de transporte público individual’, realizado por ProBogotá.
Hoy por hoy, los avances tecnológicos y su impacto en los sectores económicos son imparables, y bien adaptados pueden generar mayor desarrollo económico. Por esto es imperativo que los legisladores, los Gobiernos Nacional y Local entiendan la verdadera trascendencia de esta situación y le den la prioridad y el manejo que amerita.
El estudio indica que en Bogotá hay aproximadamente 50.000 taxis registrados en la Secretaría de Movilidad, afiliados a 56 empresas. Estas cifras nos indican que hoy tenemos un oligopolio, porque solo 2 empresas manejan el 54% del Mercado.
En ProBogotá estimamos que el negocio de los taxis en Bogotá mueve 2.9 billones de pesos, de los cuales solo el 1.2% se registra, porque corresponden a los 36.000 millones de pesos que se recaudan por las afiliaciones. El 98% del mercado es informal y no declara impuestos, ni se puede controlar.
Encontramos algo muy interesante: Uber tan solo representa el 1.5% del total de viajes que se hacen diariamente en taxi en Bogotá. Esto nos indica que tanto taxis como las aplicaciones pueden coexistir si se reglamenta, se ponen límites y se nivela la cancha para que exista la sana competencia.
Es normal que la irrupción de aplicaciones como Uber en Colombia nos lleven a cuestionar las normas y las prácticas. No podemos ser ajenos a eso. Y así como hoy nos pasa con el transporte, mañana será otro tema. Por eso tenemos que estar preparados.
Además dimos algunas ideas para el Gobierno y la Administración distrital. Planteamos que tanto el Gobierno Nacional como el Local deben regular a la mayor brevedad posible este tema.
Nivel Nacional
-Reglamentar por medio de una Ley de la República
-“Nivelar la Cancha” para incentivar la competencia:
1.Exigir los mismos seguros
2.Requerir Esquemas de capacitación para todos los conductores
3.Imponer régimen de libertad vigilada para que el mercado opere
Nivel Local
-Regular las barreras de entrada de acuerdo con la nueva realidad:
1.Mantener la prohibición de que los particulares presten el servicio desde la calle
2.Realizar un censo para determinar la oferta ideal de taxis en la ciudad
3.Liberar el número de vehículos que se pueden registrar en las plataformas para prestar servicios de transporte particulares, y simultáneamente limitar el número de horas al día que un mismo carro puede salir a prestar el servicio.
4.Exigir que quienes presten estos servicios cuenten con dispositivos electrónicos que habiliten la recolección de información para uso de la administración.
-Regulación o liberalización de las tarifas: Bogotá podría dar un paso al frente y liberar las tarifas para servicios prestados por cualquiera de los jugadores del mercado a través de plataformas tecnológicas (teléfono o aplicación móvil)
Además, según ProBogotá la discusión que debería estar hoy sobre la mesa no es si abrazamos la llegada de las nuevas tecnologías y sus beneficios para el consumidor y la innovación en nuestras industrias. En el mundo, las ciudades innovadoras están discutiendo cómo evolucionar hacia servicios de transporte sostenibles, por ejemplo con base en la implementación de servicios de transporte basados en vehículos híbridos o eléctricos.
No podemos tapar el sol con las manos. ¿Por qué no dar el debate?
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