Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
De los 490.675 niños de 0 a 5 años que viven en Bogotá, 280.283 no van al jardin (el 57,1%). La mayoría vive en estratos 1 y 2.
Las políticas de cuidado de la primera infancia son las que han permitido a países como Noruega y Suecia cerrar las brechas salariales, educativas, laborales e incluso en indicadores de salud entre hombres y mujeres; y lo han logrado a través de políticas que favorecen el cuidado compartido de los hijos y la inserción de la mujer en el mercado laboral, a la vez que promueven la maternidad.
Por otra parte, Noruega ocupa el segundo lugar en el ranking de equidad de género entre los países del mundo, al tiempo que tiene una alta tasa de fecundidad. Los jardines infantiles, las guarderías públicas y en general las políticas de cuidado de la primera infancia han sido cruciales para cerrar las brechas de género en estos países y para lograr mayores niveles de bienestar y movilidad social.
En nuestro país la historia ha sido muy distinta. Como suele ser en estos temas, la política pública no pasa más allá de la retórica y un ejemplo de ello son las pocas opciones que tienen las familias para encontrar apoyo en el cuidado de sus hijos. Cuando las mujeres salen a trabajar, especialmente en los sectores populares, los niños quedan bajo el cuidado de parientes, vecinos, desconocidos o bajo encierro parental, siendo este uno de los principales factores de riesgo del abuso infantil.
La más reciente encuesta multipropósito (2017) reveló que en Bogotá no va al jardín el 57,1% de los niños de 0 a 5 años (280.283), y son las mujeres de los sectores populares las que sufren con mayor rigor la falta de apoyo en el cuidado de sus niños. En localidades como Bosa, Antonio Nariño y Engativá más del 60% de los niños menores de 5 años no van a un jardín.
La siguiente tabla muestra el número de niños que no asiste al jardín por localidad:
(Fuente: DANE Encuesta multipropósito 2017
La educación pública preescolar solo tiene la capacidad de absorber el 18% de la demanda
Para el 2013, en Bogotá 176.501 niños y niñas se encontraban matriculados en educación preescolar, de los cuales el 42,4% (74.765) pertenecían al sector oficial y el 57,6% (101.736) al privado. Sin embargo, en datos más actualizados se observa que la educación pública preescolar solo tiene la capacidad de absorber el 18% de la demanda.
Según un informe publicado por la Alcaldía en 2017 de los 279.545 niños que solicitaron un cupo en un jardín infantil de la Secretaría de Integración Social, entidad encargada de los jardines públicos de Bogotá, sólo se lograron matricular 52.648.
Esta es una cobertura muy baja que va en contravía con lo establecido en la ley general de educación, que en su artículo 18 señala lo siguiente:
“ARTICULO 18. Ampliación de la atención. El nivel de educación preescolar de tres grados se generalizará en instituciones educativas del Estado o en las instituciones que establezcan programas para la prestación de este servicio, de acuerdo con la programación que determinen las entidades territoriales en sus respectivos planes de desarrollo.
Para tal efecto se tendrá en cuenta que la ampliación de la educación preescolar debe ser gradual a partir del cubrimiento del ochenta por ciento (80%) del grado obligatorio de preescolar establecido por la Constitución y al menos del ochenta por ciento (80%) de la educación básica para la población entre seis (6) y quince (15) años”.
Entre 2013 y 2017 se cerraron 2.661 cupos en los jardines oficiales
A pesar de lo que dice la ley y de las necesidades plausibles de la población, en Bogotá se atienden menos niños que hace cinco años.
En la siguiente gráfica se pueden observar que entre 2013 y 2017 la oferta de cupos en jardines infantiles oficiales cayó en un 4,8%, lo que quiere decir que hubo una reducción de 2.661 cupos; mientras en 2013 los jardines públicos en la ciudad atendieron 55.309 cupos, en 2017 se pasó a 52.648. Es importante aclarar que esta información es oficial y hace parte del balance de gestión del 2017 publicada por la Alcaldía de Bogotá.

Una gran proporción de los jardines privados no cumple con los estándares de calidad
Frente a la falta de cupos en los jardines públicos, los padres de familia deben acudir a los jardines privados, muchos de los cuales, además de ser costosos, no cumplen los estándares de calidad para la atención de la primera infancia, e incluso operan de manera ilegal.
La Secretaría de Integración Social es la encargada de efectuar el control, seguimiento y vigilancia al cumplimiento de los lineamientos para la atención a la primera infancia en jardines públicos y privados. La entidad cuenta con un sistema de información y registro de servicios sociales, en donde cualquier ciudadano puede verificar los jardines que han sido reglamentados por el Distrito.
En un comunicado de prensa oficial1] del 5 de julio de este año se advirtió que entre enero y diciembre de 2017 se recibieron 425 quejas por fallas en el funcionamiento de jardines privados. De estos requerimientos, 40 correspondieron a casas de cuidado sin ningún requisito legal cumplido; es decir, jardines ilegales.
A su vez, se logró identificar que el 78% de los jardines privados no cumplía con un plan de saneamiento básico, mientras que en el 59% no había control integral de plagas y en el 61% no se contaba con programas para el manejo de basuras.
El mismo informe advirtió que la mayoría de estos jardines no contaba con un proyecto pedagógico avalado por la Alcaldía ni promovían acciones de prevención contra el maltrato y la detección de la violencia sexual infantil.
Peñalosa proyectó la construcción de solo 13 jardines infantiles, menos de uno por localidad
En varios debates que se han surtido en el Concejo de Bogotá en los últimos cuatro años varios concejales han advertido que de los 13 jardines infantiles que se comprometió a construir esta administración solo uno ha sido entregado.
Los 10 jardines que han sido anunciados en las pautas publicitarias del gobierno y en redes sociales corresponden a reconstrucciones de jardines ya existentes, en su mayoría contratados desde el 2013, y a los jardines en contenedores instalados durante la administración de Gustavo Petro que, por falta de servicios públicos, no entraron a funcionar antes. Tan bajo es el nivel de gestión de este gobierno que, según los informes de seguimiento al plan de desarrollo distrital (Segplan) a septiembre de este año de los $106.362 millones disponibles para la construcción de jardines solo se invirtieron $14.304 millones (menos del 13,8%).
La atención a la primera infancia es un elemento esencial en la búsqueda de la equidad social y la disminución de la violencia contra la mujer, de la que hoy tanto se habla. Un solo jardín entregado por gobierno es una bofetada para las mujeres y los niños de esta ciudad, mientras a la troncal de transmilenio por la Séptima se le destinan (o mejor dicho desatinan) 2 billones de pesos. Esperemos que los gobiernos que vienen logren pasar de la retórica a la acción.