Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
La visita papal nos trajo muchas bendiciones y menos tráfico. El buen resultado de la extensión del Pico & Placa a todo el día emocionó a algunos, que propuesieron volver a la medida que implantó Samuel Moreno en 2009. Al mismo tiempo el Concjeo aprobó en primer debate un Proyecto de Acuerdo para autorizar el cobro de parqueo en vía. Unas son de cal y otras son de arena.
Hace un tiempo Carlos Pardo dijo que los cambios de Pico & Placa son similares al juego de Sudoku: se cambian dígitos de lugar (y horas) y el ejercicio es simplemente inútil.
En estos días benditos, tuvimos el mejor tráfico en mucho tiempo, los menores incidentes, choques y atropellos y hasta cero homicidios reportados. Tuvimos jueves cívico y mucha gente cambió sus patrones de viaje por los cierres, la misa, las caravanas y otros eventos. La frecuencia de TransMilenio fue alta todo el día; no se guardaron buses en las horas valle y “el sistema” terminó moviendo 6.3 millones de viajes, todo un récord. Y tuvimos Pico & Placa todo el día.
Ese resultado papal, emocionó a algunos que se apresuraron a proponer que la restricción vehicular debía volver a todo el día. Estas dos consultas de Concejales en Twitter demuestran que la medida suena bien: Gloria Díaz y Ángela Garzón. Esta consulta de RCN Noticias también es positiva (a pesar que la nota de prensa asociada se titula “Bogotanos se muestran inconformes ante posibilidad de extender el pico y placa”).
Ahora bien, ya hicimos ese experimento en 2009 durante la administración de Samuel Moreno, “que se vio obligado a tomar la medida ante el colapso que ha empezado a experimentar la ciudad por el deterioro de la malla vial y las obras de la tercera fase del Transmilenio.” El resultado fue nefasto: se aumentó rápidamente la venta de carros y motos y la congestión y accidentalidad empeoraron. Esto está claramente documentado en una investigación de Carlos Moncada, docente de la Universidad Nacional. El profesor Moncada compara hogares de condiciones similares a partir de las encuestas origen-destino en Bogotá y Medellín, y concluye que la tendencia a comprar un segundo vehículo con la restricción de todo el día es 10% mayor, y de moto como segundo vehículo es 12% mayor.
Y no sólo es un resultado de su detallado estudio: es la experiencia de varias ciudades latinoamericanas que han aplicado restricciones vehiculares. Santiago, Sao Paulo y Ciudad de México vieron como sus restricciones vehiculares se desvanecieron como consecuencia de aumento de la flota vehicular.
Por supuesto que el Pico & Placa funciona en el corto plazo, como funcionó durante la atípica semana papal. Pero no es sostenible. Una verdadera gestión de la demanda de vehículo particular tiene que tocar el bolsillo de los usuarios. Medidas como el cobro por congestión y la contribución de garajes y estacionamientos son mucho más efectivas que las restricciones. Con la ventaja adicional de generar recursos que puede ayudar a cerrar el hueco fiscal del SITP, de 500,000 millones por año.
Un eventual aumento del Pico & Placa, si llega a definirse, debería estar acompañado de un cobro por circulación. De esta forma resulta en un gana-gana; es un pago voluntario y solidario. Se reduce la circulación de carros por efecto de la restricción, pero se permite a aquellos que tienen disponibilidad a pagar, que sigan circulando en su carro, en vez de comprar un segundo automóvil (o una moto). Los recursos que se generen se redistribuyen a la mayoría de la población que usa transporte público. Así sí.
Otras medidas correctas de gestión económica de la demanda, no son populares en estas tierras. El Concejo de Bogotá ha rechazado cuatro veces la contribución de garajes y estacionamientos y tres veces el cobro por congestión. Las razones van desde la necesidad previa de contar con un sistema de transporte público que funcione bien, hasta la recesión que golpea el bolsillo de las familias bogotanas. Olvidan nuestros representantes en el cabildo que ya pagamos altos costos en demoras, congestión e incidentes de tráfico. Y que es más recesivo subir la tarifa del transporte público, o reducir la inversión social y de infraestructura del distrito para pagar gastos recurrentes del SITP.
Ahora bien, el Concejo acompañó en primer debate la definición del marco de tarifas para la implantación de parqueo en vía. Eso es una decisión en la dirección correcta. Permitirá ordenar la forma como usamos el espacio público de la ciudad, aumentará la oferta de estacionamiento legal y generará recursos para control y vigilancia y (ojalá) para transporte público. Comenzaremos con 20,000 cupos; y gradualmente se extenderán a la ciudad. Buen paso, espero se confirme en plenaria.
Nos quedan debiendo mecanismos efectivos de gestión de la demanda y la liberación de tarifas de estacionamiento fuera de la vía.