Este es un espacio de debate que no compromete la opinión de La Silla Vacía ni de sus aliados.
Conectar significa entender que cuando uno abre la llave del agua, ésta no le llega de China sino de Chingaza o de algún otro lugar en los cerros de la Sabana

El pasado 13 de diciembre asistí a un evento organizado por la Silla Vacía, la Secretaría de Cultura y Bancolombia, con el fin de “conectar emocionalmente a los ciudadanos con el río Bogotá”, en menos de seis meses.
El tema de la convocatoria era la conexión emocional y a eso debíamos ceñirnos. El objetivo del taller consistió en proponer modos de invitar a la reflexión, ágiles, de bajo costo y factibles de realizar en máximo seis meses. Una advertencia fue evitar la búsqueda de soluciones a mediano o largo plazo, y no gastar tiempo en encontrar nuevos problemas o en elucubrar sobre proyectos suntuosos.
Conectar significa entender que cuando uno abre la llave del agua, ésta no le llega de China sino de Chingaza o de algún otro lugar en los cerros de la Sabana; y que cuando uno suelta, da la llave o jala, el inodoro, el sanitario, la taza o el guater, el agua va a parar al río Bogotá, con independencia de cómo se hable y si se vive en Bojacá o en Bogotá.
Conectar también significa indignarse al saber que además de los detergentes y el aceite de cocina que van a parar al río, por el sistema de alcantarillado están navegando pañales, condones, toallas sanitarias y filtros de cigarrillo, entre otros, que están llegando al lugar equivocado, sin importar si provienen de un municipio autónomo de la Sabana, de una localidad de Bogotá, de una casa en Patiobonito o de un apartamento en los cerros orientales.
Aunque estos desechos pueden ser inevitables, el río no es el sitio al que deberían llegar, y para eso hay otros lugares como los rellenos sanitarios, las plantas de reciclaje o los lugares de tratamiento en la fuente, cuando los hay.
Puestos a trabajar, salieron muchas ideas relacionadas con generar “conciencia y cultura” a través de acciones artísticas y publicitarias, asistidas por personalidades emblemáticas y por los medios de comunicación. Las ideas se produjeron con agilidad, se presentaron ordenadamente, y creo que la mayoría de los asistentes salimos dispuestos a repetir.
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